Estudio de la respuesta inmune humoral ante el SARS-CoV-2 para el desarrollo de tratamientos.
La covid-19 se ha extendido por todo el mundo provocando una pandemia con millones de personas infectadas y muertes. Actualmente, la comunidad científica está trabajando arduamente en el desarrollo de tratamientos específicos y para esto es importante comprender la respuesta de anticuerpos a la infección, dado que su producción es una parte importante de la respuesta inmune adaptativa.
En este contexto, Alejandro Lagunas Rangel, estudiante de doctorado en el Departamento de Genética y Biología Molecular, publicó recientemente un artículo en la revista Immunobiology donde expone el tema de la inmunidad mediada por anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y destaca su participación en el uso del plasma de personas que transitaron por la enfermedad y la aplicación directa de anticuerpos como tratamiento.
Dicha publicación se basa en explicar cómo ocurre el proceso de seroconversión; es decir, cuando una persona se infecta con el SARS-CoV-2, cómo se producen los anticuerpos durante y después del contagio.
Los anticuerpos, proteínas que son secretadas por las células plasmáticas y se desarrollan para protegernos de agentes infecciosos, pueden ayudar a detener la infección viral mediante diferentes mecanismos que incluyen neutralizar el virus al reconocer epítopos o determinantes antigénicos en su superficie, bloquear la entrada o fusión del virus en la célula huésped, así como mejorar la actividad de otros componentes inmunes como los fagocitos y las células asesinas naturales.
Los niveles de anticuerpos aumentan rápidamente entre los días siete y 10 después del inicio de los síntomas y alcanzan su punto máximo entre los días 17 y 19, y son detectables más allá del día 30, donde los niveles de IgM (anticuerpos de la respuesta primaria) comienzan a caer, mientras que los IgG (anticuerpos de memoria) se mantienen.
“Lo que se ha reportado es que la concentración de anticuerpos en el suero de los pacientes ha mostrado una correlación negativa con los niveles de ARN viral, lo que sugiere que, colaboran para neutralizar y eliminar el virus; por eso se ha señalado el uso de plasma de pacientes convalecientes como una posibilidad de tratamiento para combatir la enfermedad grave, sin embargo, su eficacia aún no es clara y se requieren más estudios”, señaló Alejandro Lagunas.
El tratamiento con plasma de convalecencia (una parte de la sangre), consiste en la administración pasiva de anticuerpos policlonales para proporcionar inmunidad inmediata y se ha utilizado anteriormente como tratamiento para algunos patógenos virales como el ébolavirus, el SARS-CoV y el MERS CoV. Sin embargo, en el caso del SARS-CoV-2, solo está recomendado para pacientes con enfermedad grave con el fin de tratar de salvar su vida.
Es necesario señalar que el plasma también contiene otras moléculas como citocinas antiinflamatorias, factores de coagulación, anticuerpos naturales, defensinas y otras proteínas indefinidas obtenidas de donantes que pueden ayudar a los receptores.
Para su administración, el donante debió contraer la infección pero ya no ser portador, tener altos niveles de anticuerpos, ser compatible con el receptor (preferentemente del mismo grupo sanguíneo) y se sugiere realizarse al día 14 después del inicio de los síntomas.
El uso de plasma como tratamiento tiene ventajas, pues se suministrar directamente citocinas y anticuerpos que actúan inmediatamente, mientras que entre sus desventajas se encuentran reacciones febriles no hemolíticas, sobrecarga circulatoria asociada a transfusiones y reacciones alérgicas.
Actualmente, la efectividad del plasma de convalecencia aún no está clara y no hay datos suficientes de ensayos clínicos bien controlados y con el poder estadístico adecuado para determinar en favor o en contra de su uso para el tratamiento de los pacientes con covid-19.
“Recientemente, dado que no se puede producir plasma a gran escala, también se ha sugerido el uso de anticuerpos neutralizantes monoclonales como estrategia terapéutica y profiláctica. Estos anticuerpos se obtienen principalmente mediante la selección de anticuerpos neutralizantes de pacientes infectados con SARS-CoV-2 utilizando diferentes metodologías, aunque también se pueden diseñar con modelos bioinformáticos frente a antígenos específicos, para luego ser clonados e inducir su producción”, concluyó el estudiante del Cinvestav.