Proyecto analiza la nitazoxanida como coadyuvante en el tratamiento de SARS-CoV-2
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recientemente aprobó el uso de remdesivir para el tratamiento de covid-19 en casos de urgencia; en México, durante la conferencia “Antivirales contra covid-19”, organizada por El Colegio Nacional, se expuso que la mejor estrategia para enfrentar la infección por SARS-CoV-2 es utilizar fármacos ya existentes diseñados para combatir virus similares, porque han probado su efectividad y cuentan con autorización de diversas entidades reguladoras.
De acuerdo con esa ruta, un grupo científico encabezado por Carlos Hoyo Vadillo, investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav, y Jorge Escobedo De la Peña, adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social, prepara un protocolo de estudio que busca analizar si el fármaco denominado nitazoxanida, en combinación con otro conocido como favipiravir, puede actuar directamente sobre el virus del SARS-CoV-2.
La nitazoxanida es un antiparasitario desarrollado originalmente en los años 70 del siglo pasado y se usa de manera regular para enfrentar enfermedades diarreicas producidas por la Taenia, Giardia y otros parásitos protozoarios.
“En fechas recientes con experimentos realizados en Europa y Brasil se ha visto que puede actuar directamente sobre el virus del SARS-CoV-2, mediante la inhibición de las proteínas estructurales denominadas N, de tal manera que les impide continuar su desarrollo y ese es su mecanismo de acción de efecto antiviral, en cambio el favipiravir actúa en sus polimerasas”, explicó Hoyo Vadillo.
El protocolo de investigación, en el que también participa Tania A. Smith, estudiante de doctorado del Departamento de Farmacología del Cinvestav, pretende analizar el efecto de la nitazoxanida, sola y combinada con el favipiravir, para bajar la carga viral (número de partículas virales del organismo) y disminuir los síntomas del SARS-CoV-2.
El estudio busca aplicar estos fármacos a una muestra de 120 pacientes durante siete días, a la mitad se le administrará la nitazoxanida sola y al resto combinada con favipiravir; al inicio se medirá la carga viral de las personas para diagnosticar que son portadores de SARS-CoV-2 y a lo largo del estudio se tomarán muestras con el objetivo de comprobar que la carga viral va disminuyendo con la aplicación progresiva de los medicamentos.
“La hipótesis del estudio proyecta que al final del análisis se pueda lograr una diferencia estadísticamente significativa en la baja de la carga viral y se espera que los principales síntomas del SARS-CoV-2 también se reduzcan, principalmente la tos, el dolor de cabeza y el malestar del cuerpo”, sostuvo Carlos Hoyo.
Los investigadores buscan sumar los efectos que producen la nitazoxanida y el favipiravir, la primera tiene un mecanismo de acción que inhibe algunas enzimas para impedir el desarrollo del virus, en la segunda su función incide en su polimerasa; al administrarlos de forma combinada se pretende sumar sus efectos y hacerlas más efectivas en etapas tempranas de la enfermedad.
Se espera que la suma de los efectos de los dos fármacos sea superior a cada opción por separado y se pretenden encontrar efectos comparables como los del remdesivir o el tocilizumab, además, algunas de sus ventajas es su aplicación oral con dosis única, son más baratos y en el caso del favipiravir se tendría la posibilidad de producirlo en el país.
En algunos casos el uso como antiparasitario de la nitazoxanida se ha asociado con efectos colaterales leves como dolor de cabeza o estómago y vómito, que se podrían replicar durante su uso para combatir el SARS, pero son mínimos y no se presenta en todos los casos.
“Si en los próximos meses se aprobara una vacuna contra el SARS-CoV-2, estos fármacos podrían ser una alternativa coadyuvante importante que ayude a detener la progresión de la infección en los seres humanos, por eso sería bueno contar con ellos”, consideró Carlos Hoyo Vadillo.
Este proyecto de investigación se alinea con las propuestas internacionales que ante la emergencia por la pandemia prueban diversos antivirales, solos o combinados, para intentar combatir el SARS-CoV-2; en el caso de la nitazoxanida y el favipiravir se busca puedan competir como coadyuvantes en la atención de la infección; la idea original de analizarlos surgió en la University of Liverpool y el University College of London.
Si el protocolo de investigación logra su financiamiento iniciará los trabajos a principios de 2021 y los resultados finales se podrían obtener al concluir ese mismo año.