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Evalúan estrategias terapéuticas para aminorar efectos del envejecimiento

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Bulmaro Cisneros Vega, investigador del Departamento de Genética y Biología Molecular

Un estudio realizado en el Departamento de Genética y Biología Molecular del Cinvestav propone analizar diferentes alternativas para revertir el proceso de migración de proteínas del núcleo de la célula al citoplasma, y con ello evitar ciertos comportamientos dañinos del organismo durante el envejecimiento.

La investigación realizada en el laboratorio de Bulmaro Cisneros Vega, estudia los efectos de un par de fármacos (leptomicina B y Cloroquina), para normalizar la migración proteica, acción del primer medicamento, al tiempo que la segunda sustancia se encargaría de eliminar células senescentes (dañadas o envejecidas).

Las y los investigadores emplearon un modelo celular de la progeria, un síndrome que afecta a la niñez, haciéndola susceptible a cambios similares a los ocurridos durante el envejecimiento, sobre todo a nivel molecular, pero aseguran que los resultados de su modelo pueden servir también para realizar conclusiones en el organismo de las personas con edad avanzada.

La causa de la progeria es la expresión de una proteína llamada progerina, la cual altera diferentes procesos moleculares y celulares, entre ellos la localización de distintas proteínas, que de manera exacerbada salen del núcleo al citoplasma, siendo esta una de las principales alteraciones moleculares del síndrome de progeria.

Al usar un inhibidor del proceso de salida de proteínas del núcleo, en este caso Leptomicina B, observamos que se relocalizaban las proteínas en el núcleo y de esa manera se reducían las alteraciones celulares.

Bulmaro Cisneros Vega mencionó que, si bien el envejecimiento es parte de la vida, muchas enfermedades crónico-degenerativas aparecen con la edad como resultado de lo acontecido a nivel celular, lo cual conlleva a alteraciones fisiológicas.

“Al emplear Leptomicina B (un antibiótico antimicótico) pudimos ver la reducción de las alteraciones en los procesos celulares, y lo interesante de este fármaco es que se dirige solo a aquellas células senescentes, no a las normales. Además, conforme se normalice la célula podemos reducir las cantidades administradas para evitar el exceso de proteínas en el núcleo y carencia en el citoplasma”, menciona.

En el caso del uso de la cloroquina (empleado para la malaria) se buscó aprovecharla como inhibidor de la autofagia, debido a que encontramos que este proceso se encuentra anormalmente activado en el síndrome de progeria. La autofagia es un proceso que protege las células, ya que se encarga de destruir proteínas y componentes celulares dañados para reciclar sus componentes, pero durante el envejecimiento derivaba en anomalías celulares. En este tema, se han abierto nuevas líneas de investigación en el laboratorio a fin de llegar a nuevas conclusiones

Cisneros Vega aclaró que por ahora los estudios realizados se han hecho en un modelo celular, el siguiente paso es analizar esta terapia en modelos animales (ratón) para observar los efectos en cada tejido y en la fisiología general del ratón, a fin de corroborar los resultados después por medio de pruebas clínicas.

Cabe mencionar que esta investigación es novedosa debido a ser la primera ocasión en relacionar la migración de proteínas del núcleo al citoplasma con las alteraciones propias del envejecimiento, demostrando además que la modulación de este proceso podría atenuar las alteraciones fisiológicas de la edad avanzada.

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