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Alertan letalidad en sobredosis por mezclas de opioides con fentanilo

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Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que el uso con fines no médicos del fentanilo y sus análogos se relaciona con miles de muertes por sobredosis en todo el mundo, particularmente en Estados Unidos y Canadá.

“El fentanilo es un opioide sintético parecido, en cuanto a sus efectos pero no a su estructura, a los derivados naturales del opio (morfina y codeína), pero es completamente sintético. Eso tiene ventajas, ya que se obtiene sin necesidad de partir de un cultivo de amapola, solo basta con un laboratorio”, sostuvo Silvia Cruz Martín del Campo, investigadora del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav. 

Cuando se usa como un medicamento controlado es un efectivo analgésico que también puede ser empleado como adyuvante anestésico en cirugías cortas; sin embargo, como sucede con la morfina, la heroína y otros opioides, al utilizarlo de manera inadecuada, por una vía de administración intravenosa o fumando, y buscando sus efectos psicoactivos, resulta muy adictivo.

El fentanilo es muy potente ya que requiere una cantidad cien veces menor que la morfina para producir los mismo efectos, razón por la cual ha ido agregándose como adulterante de otras sustancias como la heroína. Una cantidad mínima de fentanilo aumenta, tanto los efectos psicoactivos de la heroína como el riesgo de presentación de sobredosis letales.

Los opioides inhiben a las neuronas, disminuyen su actividad eléctrica y la transmisión sináptica; además, en el sistema nervioso central, integrado por el encéfalo, tallo cerebral y médula espinal, provoca que las células encargadas de transmitir los estímulos dolorosos se inhiban y no los transmitan.

Los opioides también se relacionan con las vías de recompensa y provocan, de manera indirecta, la liberación de dopamina (acción que en la evolución humana se asocia a conductas fundamentales como la alimentación, reproducción, crianza o lactancia para la supervivencia). Al liberar dopamina, el cerebro la percibe como si fuera una conducta que vale la pena repetir, aunque la persona tenga conciencia del riesgo que esto representa. Los opioides son muy adictivos, porque producen una acción gratificante rápida y cambios de larga duración en el funcionamiento de las células, explicó Silvia Cruz.

Entre las neuronas susceptibles de ser inhibidas se encuentran las del tallo cerebral que regulan funciones vitales como la respiración. Las personas con sobredosis mueren porque su neuronas encargadas de censar la acumulación de bióxido de carbono y promover la respiración automática no funcionan.

La sobredosis por opioides no tiene por necesidad que ser mortal, pero frecuentemente lo es. En esos casos, las personas se ponen azulosas, respiran superficialmente y de manera espaciada hasta que dejan de hacerlo y mueren en minutos. Cuando la heroína se encuentra mezclada con fentanilo esta acción se acelera y la ventana de intervención para evitar la muerte se reduce.

Existe un antídoto para los opioides llamado naloxona, pero en México casi no se usa porque está clasificado como una sustancia psicotrópica, sin serlo. No tiene efecto por sí misma y desplaza a los opioides de su sitio de unión en el organismo, evitando un efecto mortal.

Debido a que la naloxona es difícil de obtener, los usuarios de heroína se inyectan un concentrado de agua con sal (NaCl) para tratar de revertir las sobredosis de opioides. Esta práctica podría tener un sustento científico porque el sodio disminuye la afinidad de los agonistas de opioides como la morfina, heroína y fentanilo, disminuyendo su capacidad de unirse al receptor.

A partir de esta información se emprendió un estudio en roedores para determinar si la administración de una concentración alta de sal tenía una ventaja real en animales que recibieron una concentración alta de morfina. Se encontró que, al aplicar esta solución, se retrasa el tiempo de muerte. Sin embargo, si la sustancia administrada es fentanilo o una combinación de morfina con fentanilo, la concentración de sal no presenta ninguna ventaja.

La combinación de opioides y su adulteración con fentanilo es común, pero los usuarios no lo saben y se generan más casos de sobredosis, por lo tanto, los estudios buscan enfatizar la necesidad de facilitar el acceso a la naloxona ya que la manera tradicional de gestionar una sobredosis de opioides no es eficaz ante el fentanilo.

“Nuestro trabajo busca establecer bases científicas que muestren los peligros de mezclar drogas y, en el caso particular del fentanilo, demostrar que el riesgo es mayor, la posibilidad e intervencion es menor y los métodos tradicionales para recuperar a la persona no funcionan”, señaló Silvia Cruz Martín del Campo.

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