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Cinvestav genera maíz azul vitaminado y con antioxidantes
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Cinvestav genera maíz azul vitaminado y con antioxidantes

*Nota publicada en julio de 2014

El Cinvestav Unidad Irapuato desarrolla variedades de maíz azul híbrido para mejorar sus cualidades agronómicas y nutricionales, que a largo plazo generará beneficios a la salud del consumidor y mayores ingresos al agricultor. El objetivo es aprovechar este cereal de origen mesoamericano, por medio de su diversidad y eficiencia, potencializando su calidad vitamínica y perfil de antocianinas.

“Con el proyecto Vitamaíz desarrollamos variedades que nos den más vida, aportando carotenos y antioxidantes celulares que previenen enfermedades cardiovasculares y nos alargan la vida; queremos incrementar la diversidad de los maíces con pigmentación oscura, combinando las antocianinas con los carotenos y los aminoácidos”, explicó Axel Tiessen Favier, responsable de la investigación.  

Se busca la mejor combinación de genes, para producir Vitamaíz que por un lado tendrá mayor valor agregado que los maíces comerciales blancos, y que por otro lado incrementará el rendimiento por hectárea comparado con los criollos ancestrales”, adelantó el investigador.

El maíz azul es de mayor calidad nutricional y logra mayor precio en el mercado, hasta 50% más que el blanco o amarillo; sin embargo, las variedades actuales conservadas por los indígenas tienen ciertas deficiencias en el cultivo por su origen criollo; no se adaptan bien a las condiciones modernas y son de grano harinoso susceptible a plagas e insectos.

Entonces se tomaron los genes de los maíces nativos mexicanos para introducirlos en el fondo genético de las variedades modernas: por lo tanto, “el Vitamaíz va a combinar lo bueno de los híbridos con lo bueno de los criollos ancestrales, que presentan pigmentaciones naturales”, aseguró Tiessen Favier, quien es doctor por el Instituto Max Planck de Alemania.

El proyecto no lo iniciaron empresas trasnacionales motivadas por el dinero, sino que surgió de una alianza entre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Cinvestav, que buscan el beneficio directo de la población y del medio ambiente. La investigación no desarrolla transgénicos, porque aplica una metodología clásica modificada donde por medio de cruzas escalonadas se introgresan diversos genes en el genoma.

La Ley de Bioseguridad regula la ingeniería genética, y en México, a diferencia de Estados Unidos, no se permite la producción de maíces transgénicos por ser centro de origen; es una medida precautoria para evitar conflictos con la agricultura orgánica.

“Tardamos más tiempo en generar las variedades de manera tradicional, llevamos 7 años desde que iniciamos con apoyo de CONACYT-SAGARPA, pero cuando estén listos no habrá problemas para comercializarlos, inclusive bajo la modalidad de agricultura orgánica, porque tienen las raíces de los criollos mexicanos”, aseguró Tiessen Favier, quien realizó su posdoctorado en el CIMMYT.

El mejoramiento genético del maíz no implica hacer transferencia genética de ADN en el laboratorio, sino transferencia de polen en el campo. A veces se confunden las semillas híbridas, algo muy natural y necesario, con los transgénicos que promueven compañías trasnacionales por intereses económicos. "El Vitamaíz va ser híbrido, pero no transgénico", afirmó Axel Tiessen.

La investigación se basó en la evaluación fenotípica de muchas plantas, seleccionando granos individuales por su contenido de pigmentos y compuestos nutricionales; actualmente se encuentra en la era post-genómica de las ciencias de la vida, y la pregunta biológica más importante es cómo se vincula el genotipo con el fenotipo, la expresión de esos genes.

“No sólo estudiamos el ADN sino que también hacemos un puente entre genotipo y fenotipo a través de la medición de los metabolitos; usamos la metabolómica para estudiar todo lo que están en la ruta de los carbohidratos, desde la sacarosa que produce la fotosíntesis en las hojas, hasta el almidón finalmente acumulado en los granos”, señaló Tiessen Favier.

Ya se tienen algunas variedades de Vitamaíz, pero aún no se cuenta con semilla en cantidad suficiente para salir al mercado; es por ello que se están incrementando las líneas progenitoras; se planea que en tres años estarán disponibles los híbridos para producir Vitamaíz y sus derivados bajo la modalidad de agricultura por contrato. 

 “Es bien sabido que sin maíz no hay país, pero lo que aún no entendemos en México es que sin la combinación de ciencia básica y aplicada, si no aprovechamos lo tradicional y lo moderno, en poco tiempo no tendremos ni comida ni vida”, afirmó Axel Tiessen Favier.

  

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