Conexión Cinvestav / domingo, 23 de mayo de 2021 / Categorías: Boletin de prensa Cinvestav organiza seminario que analiza aspectos de la criptografía financiera En octubre de 2008 Satoshi Nakamoto publicó un artículo en un foro criptográfico donde se proponía la creación de la primera moneda digital descentralizada denominada bitcoin, para enero de 2009 su primera versión funcional comenzó a operar, esta propuesta revolucionó el paradigma del dinero electrónico y a 13 años de este acontecimiento existen cerca de ocho mil criptomonedas con un mercado de capitalización conjunto de cerca de dos billones dólares. “Las criptomonedas representan el triunfo del cómputo distribuido, porque sólo son respaldadas o validadas por la comunidad que las usa y por el protocolo informático que tienen, el cual impide la modificación maliciosa de sus transacciones, al ser protegidas criptográficamente y revisadas minuciosamente por sus usuarios”, explicó Francisco Rodríguez Henríquez, investigador del Departamento de Computación del Cinvestav. La idea de Nakamoto para que el bitcoin fuera válido y funcionara como moneda digital fue pedir a la comunidad de usuarios crear una base de datos global llamada blockchain, con el propósito de escrutar todas las transacciones realizadas para evitar trampas, donde la propia comunidad proporciona el aval de la información almacenada en ella, la cual está protegida de cambios posteriores por medio de mecanismos criptográficos. La blockchain es una cadena de bloques asegurados criptográficamente que contiene la información de todas las transacciones de compra o venta realizadas con la moneda digital, la cual se registra y almacena con el consenso de cientos de miles de nodos en una red informática ubicados en diversas partes del mundo, para tenerla disponible en todo momento. El valor de las criptomonedas lo determina la compra y venta, en este caso no lo respalda ningún gobierno; sin embargo, en términos económicos existe mucha especulación con ellas; su volatilidad se fomenta cuando entidades especulativas ponen muchas a disposición en el mercado con el fin bajar su precio, para posteriormente comprar barato y después volver a vender a mayor precio. Por ejemplo, en noviembre del 2017 el bitcoin alcanzó un valor de casi 20 mil dólares, pero dos meses después bajó a 7 mil y durante el primer mes de la pandemia se desplomó hasta tres mil 500, pero este año se cotiza en alrededor de 60 mil dólares. El principal problema de seguridad en las criptomonedas es parecido al del dinero en efectivo: para afirmar que es propiedad de una persona no requiere de una protección o firma, es decir, quien dice poseer una cantidad de criptomonedas debe tener algo que, en criptografía, se conoce como llave privada. La llave privada solo la debe conocer el dueño legítimo, es un número de aproximadamente 78 dígitos decimales, la cual se debe proteger en la computadora de cada persona, aunque también se puede guardar en hardware o casas de cambio digitales dedicadas a ese propósito. “Si un hacker se logra meter a la computadora donde se resguardan las llaves privadas y las roba, la criptomoneda propiedad de una persona ya no lo es porque pasó a manos de quien hurtó la llave privada; el principal problema de seguridad en las monedas digitales es la mala protección que tienen los usuarios”, sostuvo Rodríguez Henríquez. Actualmente, la mayoría de los sistemas de seguridad de las criptomonedas son confiables, su principal amenaza sería la llegada del cómputo cuántico porque perjudicaría al 90 por ciento de ellos, pero ya se están preparando para ese momento y se empieza a desarrollar criptografía post-cuántica, capaz de resistir ataques informáticos lanzados desde hipotéticos artefactos cuánticos. Existen otros aspectos tecnológicos y de investigación ligados al desarrollo de las criptomonedas como el uso de inteligencia artificial para predecir sus fluctuaciones; la creación de comunidades especificas donde los miembros pueden usar su propia moneda; evitar las empresas intermediarias en la contratación de aplicaciones como Uber o Netflix; y desarrollar nuevas versiones de la blockchain, más ecológicas, porque la primera generación consume tanta energía como un país del tamaño de Suiza. Por lo tanto, con el propósito de analizar estos fenómenos desde una perspectiva científica, Francisco Rodríguez Henríquez coordina el seminario Criptografía Financiera que se realiza los miércoles a las 6 de la tarde por la plataforma Microsoft Teams y se encuentra abierto a todo público, no se requiere conocimiento experto en computación, matemáticas o criptografía. Al momento el seminario tiene más de 50 participantes entre los que destacan investigadores de los Departamentos de Computación y Matemáticas del Cinvestav, estudiantes o profesores del INAOE e IPN. Para participar en él, sólo es necesario solicitar un registro al correo electrónico: francisco.rodriguez@cinvestav.mx Artículo anterior Relájate... ¿con un tecito? Siguiente artículo Estudian vía que usa el parásito causante de la amibiasis para sobrevivir en su hospedero Print 1529