Conexión Cinvestav / miércoles, 4 de diciembre de 2019 / Categorías: Boletin de prensa Discuten nuevas alternativas para la enseñanza científica En la era de la información, una herramienta que se perfila para mejorar la calidad de la enseñanza es el aprendizaje activo, el cual centra su atención en el estudiante, a diferencia de la instrucción tradicional discursiva donde el profesor expone su clase como si fuera un “dios”, fue una de las conclusiones a que llegó el Segundo Taller de Docencia de las Ciencias, organizado por estudiantes e investigadores del Cinvestav. Durante la conferencia inaugural, a cargo de Marcos Nahmad Bensusan, se expuso cómo este modelo centra su atención en el estudiante y el papel del profesor es de facilitador de la información mediante el uso de las tecnologías de la información. El método de aprendizaje activo surgió del modelo de aprendizaje basado en competencias propuesto en la conferencia en la Conferencia Mundial Sobre Educación Superior en 1998, desde ese momento se cambió el enfoque y con el advenimiento de la sociedad de la información se ha motivado la enseñanza activa. El también investigador del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav sostuvo que el trabajo de educación y docencia es una actividad en la que se debe estar al día y actualizado de forma permanente, porque la tecnología puede ir cambiando la manera en que se imparte la educación. Además, explicó que el aprendizaje activo ha sobresalido como una de las técnicas didácticas de mayor efectividad en el aprendizaje de las ciencias y las matemáticas en los niveles educativos tanto medio como superior, porque se hace de una manera divertida y efectiva, en la cual sus procesos se basan en la forma natural de hacer ciencia. El aprendizaje activo es una filosofía educativa centrada en el estudiante donde se busca hacer de la enseñanza un proceso de construcción del conocimiento dinámico, estimulantes y vivencial; su modelo redefine el concepto de enseñar y “pasa de mostrar o explicar algo a alguien a causar que alguien aprenda algo”; así el estudiante participa activamente en el proceso de adquirir conocimientos. Ese modelo de aprendizaje no es una tendencia, una ideología o algo que se elige porque gusta más o menos; es algo apoyado por estudios científicos revisados y evaluados, por las ciencias de la educación, de la misma manera que se hace con el trabajo de investigación y en el quehacer científico. El aprendizaje activo se fundamenta en la taxonomía de Bloom, que describe los diferentes niveles cognitivos o de conocimiento en el proceso de aprendizaje, que se integra por una pirámide de conceptos en cuya base se encuentran los métodos de la memoria; en el segundo nivel, la comprensión; el tercero, la aplicación; el cuarto, el análisis; el quinto, la síntesis; y en el sexto, la evaluación. El nivel más básico consiste en aprender algo de memoria; la comprensión implicar entender los hechos y su lógica; la aplicación, se trata de apropiarse del conocimiento y poderlo usarlo; el análisis, después de apropiarse del conocimiento, implica una capacidad analítica a partir de observar los datos e información y establecer sus correlaciones. La síntesis intenta tomar evidencias de muchos lados para crear una conclusión propia y la evaluación significa pensar de manera crítica y aprender almo por sí mismo, en estos dos últimos niveles se debería concentrar más la educación de posgrado. En contraste el sistema educativo tradicional discursivo o pasivo, solo estimula los dos primeros niveles. El reto principal que enfrentan los docentes cuando tratan de enseñar con el método de aprendizaje activo son resistencia de los estudiantes porque se ha acostumbrado a que todos los tópicos los exponga el docente y en el caso de los profesores no desean dejar el control y salir de su área de confort. A pesar de la evidencia científica muchas veces el entrenamiento de los profesores en las bases y herramientas de aprendizaje activo es nulo o muy limitado; una de las paradojas en la enseñanza de la ciencia es que la mayoría de los profesores no reciben capacitación docente a pesar de que es una de sus labores principales. La otra paradoja indica que un número importante de profesores imparten clase de forma empírica, sin tomar en cuenta la evidencia científica de cuál es la mejor forma de hacerlo y en general entienden la libertad de cátedra como ofrecer clases de una manera muy libre, señaló Nahmad Bensusan. Al hacer la inauguración oficial del evento, Gabriel López Castro, Secretario Académico del Cinvestav, consideró que hoy en día hay nuevas tendencias educativas como las propuestas en el Taller que son muy atractivas y se debe aprender de ellas, aunque todavía deben mostrar su eficiencia. “Sin duda hay muchas cosas superadas en la forma tradicional de enseñar, por ello se deben aprender otras formas, porque muchos estudiantes se desmotivan con las formas tradicionales de enseñar, e incluso con el entusiasmo que se les tramite y cada vez hay mayor número de estudiantes que pierden el entusiasmo por la ciencia porque no es lo que esperaban de su formación”, consideró el funcionario del Centro. 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