Conexión Cinvestav / miércoles, 1 de octubre de 2025 / Categorías: Boletin de prensa El legado de Arturo Rosenblueth a 125 años de su natalicio Arturo Rosenblueth supervisa la edificación del Cinvestav A 125 años de su nacimiento, Arturo Rosenblueth Stearns es recordado por ser un científico mexicano que dedicó su vida de tiempo completo al estudio de la fisiología, a fomentar la investigación para generar conocimiento, participar en el surgimiento de la cibernética en el país y sobre todo por la creación del Cinvestav. En 1960 Arturo Rosenblueth Stearns materializa el concepto del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, proyecto iniciado por Manuel Cerrillo Valdivia a instancia de Eugenio Méndez Docurro, Víctor Bravo Ahuja y Jaime Torres Bodet, con el objetivo de crear una institución científica capaz de formar investigadores e investigadoras que pudieran aportar ideas a la ciencia mundial. El 7 de noviembre de 1960 fue nombrado director de la nueva institución que inicia con cuatro departamentos: Matemáticas, Ingeniería Eléctrica, Física y Fisiología, con el propósito de “formar investigadores de ciencia pura mediante cursos de nivel avanzado otorgando grados de maestría y doctorado”; en abril de 1961 inicia la edificación, contratación de personal y reclutamiento de estudiantes; dos años después inaugura su sede al norte de Ciudad de México. En casi una década al frente del Cinvestav, Rosenblueth Stearns estableció un modelo académico innovador que replicó elementos destacados de centros de investigación de gran prestigio internacional, los procesos experimentales de vanguardia y la incorporación de científicos procedentes de todo el orbe reconocidos por sus estudios, como Ramón Álvarez-Buylla, Jerzy Plebañski, José Ádem, Harold Dutton, Zdenek Vorel, Samuel Gitler o Carlos Ímaz. En 1970, Rosenblueth Stearns se retira del Cinvestav reportando la graduación de 98 personas, 82 de maestría y 16 de doctorado, en las siete áreas del conocimiento que ya ofrecía la organización, lo cual representa su madurez en la investigación pero, sobre todo, su consolidación como institución científica líder en el plano nacional e internacional. Arturo Rosenblueth Stearns, nace el 2 de octubre de 1900, en Ciudad Guerrero, Chihuahua, su educación la lleva a cabo en escuelas de Monterrey y Ciudad de México. Entre 1911 y 1917 su familia se establece en Monterrey, donde emprende estudios de preparatoria (en la época seguían a los de primaria) en el Colegio Civil, ahí recibe clases de francés e inglés y humanidades que despertaron su vocación científica; a la par emprendió estudios de música y pintura, actividades que practicaría toda su vida. A los 17 años, Rosenblueth Stearns revalida sus estudios para ingresar a la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México; el joven emprende su formación universitaria, el 1 de febrero de 1918, con el prestigio de “contar con una inteligencia excepcional, desarrollar un gran poder dialéctico y tener una memoria prodigiosa”; recibe instrucción de los impulsores de la medicina científica en México, que fomentaban la objetividad en la enseñanza y el pensamiento fisiológico, destacando por su excelente desempeño académico. Además de su labor científica Arturo Rosenblueth también cultivó las bellas artes La falta de recursos económicos lo obliga a pausar su formación en 1921, periodo en que usa sus habilidades para tocar el piano en restaurantes o en cines. Dos años después retoma su carrera y consigue un apoyo para hacer una estancia en la Escuela de Medicina de Berlín; meses después se inscribe en la Facultad de Medicina de la Universidad de París, La Sorbona, donde se adapta mejor y donde se graduó como neurosiquiatra y doctor en medicina en 1927. De regreso al país se incorpora a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional como ayudante de Fernando Ocaranza y también como profesor, asimismo, ofrece consulta médica a pacientes neuropsiquiátricos; además, hasta 1928 se desempeña como neurólogo en el Manicomio General de La Castañeda. El 24 de marzo de 1930 obtuvo la beca de la Fundación Guggenheim, que se prolongó hasta 1944, para estudiar fisiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard e inicia su relación científica con Walter B. Cannon, con quien publica diversos estudios en revistas especializadas. El trabajo conjunto entre Rosenblueth y Cannon en Harvard les permite desarrollar la teoría de las dos simpatinas, considerada central en la teoría química de la transmisión nerviosa, en el contexto de “la guerra entre las sopas y las chispas”, para determinar “si la transmisión nerviosa es un mecanismo de carácter químico o eléctrico”. Su interés por el método científico lo llevó a participar en el Club de Filosofía de la Ciencia, donde conoce al matemático Norbert Winer, con quien formaría parte del Grupo Cibernética. En 1944 regresa a México para ocupar la jefatura del Departamento de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología, tres años después ingresa a El Colegio Nacional y para 1966 obtiene el Premio Nacional de Ciencias. El 20 de septiembre de 1970 Arturo Rosenblueth fallece; los diarios destacan su trayectoria, colaboración con Walter B Cannon y Norbert Wiener, sus 165 trabajos, sus publicaciones como Filosofía de la Ciencia o Mente y Cerebro, pero sobre todo, por crear la institución científica más relevante del país*. *Con información de libro Arturo Rosenblueth 1900-1970, de Ruth Guzik Glantz. Artículo anterior El poder del picante Print 2