En Cinvestav desarrolló sus bases académicas y ahora estudia el glioblastoma en la Clínica Mayo

Natanel Zarco (cortesía Clínica Mayo)

Obtener en 2001 el primer lugar en la Competencia Nacional de Ciencia Básica sobre conocimientos de química y biología cuando cursaba el bachillerato, definió el rumbo de Natanael Zarco Salinas, actual Research Associate en la Clínica Mayo, con sede en Florida.

“Representé a mi escuela (el Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios de San Miguel de Allende) en un concurso sobre conocimiento de biología y química, donde obtuve el primer lugar. Aunque desde mis primeros estudios tenía inquietud de conocer estos temas, el certamen me motivó para investigar la síntesis de fármacos y decidí estudiar Química Farmacéutica Biológica en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca”, recordó Natanael.

En la licenciatura cursó con interés materias de biología celular y molecular con su profesor Luis Alberto Hernández Osorio, quien estudiaba su posgrado en el Departamento de Biomedicina Molecular del Cinvestav y le platicó cómo se desarrollaba el trabajo académico en esa institución.

Al conocer más del Cinvestav se propuso hacer su tesis de licenciatura ahí y buscó un laboratorio con una línea de investigación relacionada con los temas de su interés: sistema nervioso, terapia génica y cáncer. Fue aceptado en el laboratorio de José Segovia Vila, adscrito al Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias, lo que significó un preámbulo para incorporarse más adelante como estudiante de maestría y doctorado en el mismo Departamento. “Ingresar al Cinvestav no fue tan difícil, pero mantener el estándar de excelencia que exige la institución en sus programas de posgrados requiere de mucha dedicación”, apuntó.

Su trabajo de licenciatura se concentró en los mecanismos de regulación transcripcional de un gen (GAS1) empleado para terapia génica de los tumores del sistema nervioso central; en ese momento no se conocía bien cómo se regulaba la expresión de ese gen a nivel transcripcional y el estudio caracterizó y emprendió los primeros pasos en la regulación transcripcional a nivel de su promotor.

“Durante el posgrado en Cinvestav comprobé la calidad de sus profesores, viendo el número de sus publicaciones y la cantidad de citas, me di cuenta que, por el número per cápita de artículos, el Centro es la institución mexicana con mejor perfil en producción científica, eso habla de que hace investigación de calidad y tiene una repercusión importante en el ambiente académico y científico nacional e internacional”, sostuvo Zarco Salinas.

En la maestría consolidó su línea de investigación: la caracterización funcional de la regulación transcripcional de ese gen terapéutico (GAS1) y logró descifrar estos mecanismos moleculares. En el doctorado amplió este trabajo y emprendió estudios para observar cómo actuaba esa proteína en forma terapéutica. "Observamos que las células tumorales expresan muy bajos niveles de GAS1, sin embargo, si se hace que la célula lo produzcan en altos niveles, estas mueren”. Esta proteína se utilizaba en el laboratorio con estos fines, pero no eran bien conocidos los procesos por los que inducía la muerte celular, “mi trabajo consistió en descifrar toda la vía de señalización mediante la cual GAS1 inducía la muerte de células cancerosas”, sostuvo.

Además, Zarco Salinas se cuestionó si GAS1 se expresa en el cerebro adulto y de ser así, en qué áreas se encuentra. Entonces, evaluó cuándo y cómo se produce esta proteína en diferentes regiones del sistema nervioso central empleando un modelo murino. “Encontramos que GAS1 se produce en sitios importantes como la corteza, los nichos neurogénicos, y en el hipocampo, este último es una región del cerebro que participa en procesos como la memoria y el aprendizaje", explicó el investigador.

Al desarrollar esta línea de investigación Natanael Zarco encontró en Cinvestav un buen entrenamiento por parte de sus profesores; una infraestructura adecuada, con acceso a equipos, herramientas e instrumentos requeridos en los análisis del estudio de la regulación transcripcional, en la terapia génica y en descifrar sus mecanismos moleculares; también, tuvo financiamiento y nunca le faltó emprender algún experimento por recursos, además, “un factor importante para dedicar el cien por ciento de mi tiempo a estudiar el posgrado fue el apoyo de la beca otorgada por Conacyt, es de gran apoyo y se debería seguir por ese camino”.

Al graduarse del Cinvestav, Natanael había publicado ocho artículos en revistas de prestigio internacional, lo que le permitió realizar un par estancias de investigación y acudir a congresos donde conoció a grupos académicos de otros lugares; además de hacer un posdoctorado en el Departamento de Biología Celular con Ricardo Félix Grijalva, estudiando los mecanismos moleculares por los cuales se regulan los canales de calcio y también emprender una estancia posdoctoral en el Departamento de Farmacia de la Universidad de Guanajuato, donde analizó fármacos de nuevo diseño en el combate de células cancerosas.

A sus 38 años, Natanael ha trabajado en la Clínica Mayo en el Laboratorio de Neurogénesis y Tumores Cerebrales bajo la dirección de Hugo Guerrero Cazares y Alfredo Quiñones Hinojosa; actualmente participa en el grupo científico de Steven Rosenfeld (líder en el campo de estudio de los motores moleculares que regulan la migración de las células) y se especializa en tumores cerebrales, particularmente el glioblastoma, un cáncer letal con una esperanza de vida de alrededor de 15 meses posterior al diagnóstico. Su investigación se concentra en analizar la capacidad del glioblastoma de comunicarse con el microambiente tumoral por medio de factores secretables, como quimiocinas y vesículas extracelulares, por ello observa cómo esos factores que liberan las células del tumor favorecen su migración e invasión a otras áreas del cerebro.

“Investigadores de la Clínica Mayo conocían el grupo científico de mi mentor en Cinvestav, sabían de los estudios que realizaba, las técnicas desarrolladas y los trabajos sobre el glioblastoma emprendidos, eso les llamó la atención, me contactaron y decidieron contratarme para incorporarme a su grupo; les interesó la técnica desarrollada en el área de terapia génica, empleando vectores virales modificados genéticamente, para llevar un gen terapéutico y de esa manera proporcionar un beneficio al paciente”, señaló.

Por su trabajo Natanael ha sido invitado como revisor en las publicaciones Stem Cells, Oncotarget y Cell Cycle; en 2021 logró cerrar un tópico selecto en la revista Fontiers in Oncology, donde consiguió editar varios artículos relacionados con el glioblastoma y el nicho neurogénico en la zona subventricular. No sabe si lo consideren una autoridad en la materia, pero por sus estudios recibe invitaciones para ofrecer conferencias, participar como editor o integrar comités especializados; su propuesta científica va dando frutos.

La formación que ofrece Cinvestav es de excelencia y su capacitación de nivel muy alto en el plano internacional, lo cual le permite producir buenos investigadores; además, el Centro se preocupa porque sus estudiantes piensen, planteen y establezcan las preguntas de investigación necesarias para resolver cualquier problema científico, por lo tanto, cuenta con excelente nivel académico similar al de instituciones de países desarrollados; en ocasiones la diferencia es el acceso a financiamiento o mayor tecnología, pero la innovación y la formulación de nuevas preguntas científicas es algo que Cinvestav fomenta en sus egresados, sostiene Natanael Zarco Salinas.  

El investigador se dice agradecido con sus mentores de Cinvestav porque han sido un pilar en su formación académica y científica. “A los jóvenes que planean emprender un posgrado o ya se encuentran en uno, les diría: hacer ciencia se debe hacer por amor y satisfacción personal, porque sin importar su procedencia pueden desarrollar capacidades para hacer una carrera científica, pero deben seguir siendo curiosos, plantear preguntas básicas del porqué de las cosas, ser disciplinados y ordenados para alcanzar sus objetivos, pero sobre todo deben seguir siendo como niños, con una gran curiosidad por saber cómo funciona nuestro entorno”.