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Estudian alteraciones en crías aisladas de la madre
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Estudian alteraciones en crías aisladas de la madre

Los modelos de crianza artificial en animales, donde separan a las crías de la madre durante los primeros días de vida, son empleados comúnmente para estudios conductuales que pudieran ser comparativos con el comportamiento social en personas. Sin embargo, hasta ahora se han realizado pocas investigaciones en torno a las alteraciones fisiológicas que ocurren cuando existe una separación entre madre e hijo durante el periodo de lactancia.

Por ello, una investigación del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) se enfocó en confirmar si existía alteración de la hormona de crecimiento en crías que fueron asiladas, y qué repercusiones fisiológicas ocurrían por carecer del contacto con la madre y hermanos, así como por ser alimentado con leche formulada

Además de contribuir al conocimiento en ciencia básica, los resultados obtenidos por la investigación del Cinvestav podrían ser útiles en el análisis de ciertos cambios fisiológicos en otros mamíferos que han tenido que separarse de la madre durante el periodo de la lactancia.

El estudio, publicado recientemente en la revista científica PLOS ONE, empleó el modelo animal estándar usado en las investigaciones científicas; es decir, la rata Wistar. Entre los resultados más relevantes obtenidos se encuentra la observación de que la secreción de la hormona de crecimiento era menor en los individuos con crianza artificial, en comparación con aquellos que se mantuvieron con la madre durante la lactancia.

De acuerdo con María Eugenia Mendoza Garrido, principal investigadora del estudio, el interés fue analizar el proceso de secreción de la hormona de crecimiento en los individuos aislados, a los cuales se les proveyó de aromas y sensaciones que obtienen en condiciones normales durante la lactancia.

En el modelo de crianza artificial, a los animales aislados se les ponían a escuchar a la madre con crías y se colocaba la viruta (aserrín) usada por diferentes crías, además de acicalarles con pinceles. Es decir, se trató de suplementar todas las acciones de la madre a fin de que la diferencia más sustancial fuera el alimento de fórmula en lugar de la leche materna.

“Nosotros nos preguntamos si bajo esas condiciones había un cambio en el patrón de secreción en la hormona de crecimiento, la cual no es necesaria para que el individuo crezca durante su vida gestacional ni durante la vida posnatal. Pero esa hormona sí está involucrada en procesos metabólicos, entonces tiene cambios significativos durante la vida posnatal en los individuos y nosotros nos centramos en la lactancia”, refirió Mendoza Garrido.

Lo que observaron los investigadores del Cinvestav fue que los animales bajo el modelo de crianza artificial presentaron deficiencias en la hormona de crecimiento, a pesar de no repercutir significativamente en la talla del animal. Sin embargo, al ser una hormona metabólica, sí presentaron efectos sistémicos.

Por ejemplo, al hacer observaciones durante la primera, segunda y tercera semana de vida posnatal, se identificó un mayor tamaño en el hígado de los animales aislados, como resultado de tratar de producir más cantidad de glucosa; es decir, que se vio alterada la programación metabólica, aunque después de la lactancia el individuo se desarrolló de manera “normal”. Sus resultados sugieren que, la cría que se desarrolla en condiciones artificiales puede presentar alteraciones en la organización de los centros reguladores hipotalámicos del hambre y la saciedad.

Este tipo de estudios de ciencia básica contribuyen a observar de manera particular cómo se afectan ciertos elementos del organismo, pero a su vez, son parte importante para que investigadores clínicos y de otras ramas tomen ese conocimiento como punto de partida al realizar nuevos estudios científicos que impacten socialmente, tanto en temas de salud, como en actividades de interés comercial.

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