Conexión Cinvestav / jueves, 4 de febrero de 2021 / Categorías: Boletin de prensa Fallece estudiosa de amibas y parásitos Originaria de Juchitán, Oaxaca y descendiente de inmigrantes japoneses, Matilde Mineko Shibayama Salas (1960), investigadora del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, falleció en Ciudad de México a la edad de 60 años. La investigadora desarrolló su trabajo científico en el estudio de los mecanismos fisiopatológicos de protozoarios parásitos importantes en la salud pública de México, como la amibiasis producida por Entamoeba histolytica, particularmente en la respuesta inmune humoral y celular, así como en los cambios celulares durante las interacciones huésped-parásito a nivel intestinal y hepático. Además, analizaba el papel de las moléculas de adhesión amibianas, citocinas y el papel de moléculas altamente oxidantes (especies reactivas del oxígeno y óxido nítrico) durante la evolución de las lesiones producidas por ese parasito; asimismo, evaluaba las respuestas inmunes específicas y/o innatas en la amibiasis con el fin de inducir protección contra la infección. Una de sus líneas de investigación se enfocaba en el estudio de las amibas de vida libre: Naegleria fowleri (conocida como “comecerebros”) que se puede encontrar en cuerpos de agua dulce templados como lagos, canales de riego, albercas mal cloradas o tinacos y se introduce al organismo a través de la nariz invadiendo los nervios olfatorios hasta migrar al cerebro y provocar meningoencefalitis amibiana primaria (PAM). También estudiaba la Acanthamoeba spp que causa varias enfermedades como la encefalitis granulomatosa y queratitis amibiana (QA) que daña la córnea; su laboratorio estableció modelos in vivo que permiten evaluar la patogenia de esos padecimientos y mediante diversas metodologías de frontera, analizaba los mecanismos involucrados en el daño al ser humano. Recientemente realizaba estudios en colaboración con la Universidad de California, en San Diego, para el desarrollo de diferentes candidatos farmacológicos en el tratamiento de PAM y QA (donde se patentó el fármaco Corifungin, listo para pruebas en humanos), con la meta de establecer un tratamiento óptimo en esas patologías, ya que no existen medicamentos para ellas y pueden ser mortales. Además, tenía interés en buscar blancos muy específicos en estas amibas con el objetivo de crear “kits” de diagnóstico de alta sensibilidad que pudieran ofrecer un análisis oportuno, para preservar la vida del paciente. En el tema de enfermedades crónicas degenerativas se interesó por estudio de la cirrosis experimental y el cáncer hepático, especialmente para conocer el papel de las células inflamatorias durante su proceso de evolución y el análisis del posible papel de las células progenitoras en el tratamiento de los mismos. Shibayama Salas, inició su formación científica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, del IPN y se especializó en Infectología en Salud Pública, en el Hospital de Enfermedades Tropicales (hoy INDRE), después realizó sus estudios de maestría y doctorado en ciencias en el área de Patología Experimental en el Cinvestav. Como estudiante realizó una estancia en Kurume University, Internal Medicine, Japón, para entrenarse en técnicas de microcopía electrónica de transmisión e inmunohistoquímicas en el absceso hepático amibiano experimental y fue seleccionada para representar a México en el curso Biology of Parasitism, Woods Hole, Mass, realizado en Estados Unidos en 1995. Fue profesora visitante en Tokai University School of Medicine, Isehara, Kanagawa, Japón, bajo la responsabilidad del profesor Hiroshi Tachibana, donde recibió entrenamiento en cultivos para diferentes protozoarios parásitos y realizó una estancia sabática en el Hospital de la Universidad de Fukuoka Japón, a cargo del Profesor Shotaro Sakisaka, trabajando en el restablecimiento de la albúmina hepática en pacientes con Hepatitis B crónica después del tratamiento con Lamivudine. Al momento de su deceso tenía la posición de Investigador Titular 3C en el Cinvestav y era miembro de diversas instituciones científicas como el Sistema Nacional de Investigadores (Nivel III), Academia Mexicana de Ciencias, la Sociedad Mexicana de Parasitología y la Sociedad Mexicana de Microscopía, entre otras. Entre su producción científica destacan más de 150 publicaciones en revistas indexadas o revistas especializadas con arbitraje, su participación en 213 congresos nacionales e internacionales, la redacción de 27 capítulos de investigación original en libros especializados, la realización de diversos artículos en revistas de difusión científica y conseguir mil 500 citas; en la formación de Recursos humanos tituló a siete doctores y 18 maestros en ciencias y a once estudiantes de licenciatura. Artículo anterior Las vacunas son la opción más segura para obtener inmunización colectiva Siguiente artículo La importancia del primer alimento Print 8029