Conexión Cinvestav / jueves, 23 de mayo de 2019 / Categorías: Boletin de prensa Impacto de nanopartículas en el ambiente Dentro de la cotidianeidad del ser humano existen productos que se utilizan y consumen con frecuencia sin conocer exactamente de qué están compuestos. Medicamentos, cosméticos, alimentos chatarra, pinturas vinílicas, entre muchos otros de los que, quizá, aún no exista conocimiento de sus implicaciones reales al ambiente. Muchos de esos productos están compuestos con nanopartículas o nanomateriales que se transfieren de forma directa o indirecta al medio ambiente, sobre todo al suelo, donde los efectos que provocan pueden ser de diversa índole y a escalas que no se suelen considerar. Fabián Fernández Luqueño, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Saltillo, profundizó el tema en el seminario “Nanopartículas en el medio ambiente”, donde refirió que, tan solo en un centímetro cúbico de suelo existen alrededor de 3 mil a 5 mil especies de organismos. Además, en términos de abundancia, en un centímetro cúbico puede haber de un millón a mil millones de células de microorganismos, y cada una de ellas cumple su función en los diferentes ciclos de vida de los ecosistemas. Teniendo en cuenta lo anterior, al alterar un hábitat o los componentes del mismo, existen riesgos que repercuten en diferentes magnitudes, llegando a ocasionar incluso la desaparición de éstos. Hablando de nanopartículas, se puede decir que existen de dos tipos: las que se generan de forma natural y han sufrido a lo largo del tiempo adaptaciones que, de manera simultánea, repercuten en los microorganismos que existen en el suelo, evolucionando a la par, y los nanomateriales más recientes y sintetizados, que aún no interactúan con los organismos que provienen de la tierra. Diversos estudios hechos en torno al tema han sugerido efectos positivos, negativos o neutrales de las nanopartículas en los suelos, donde impactan de manera considerable en su desarrollo, crecimiento y germinación (en el caso de las plantas), y en el desarrollo de los microorganismos que provienen de los suelos. Las contribuciones realizadas por Fernández Luqueño y su equipo de trabajo, conformado por estudiantes de maestría y doctorado del Cinvestav Unidad Saltillo, se encuentran las elaboradas en torno al sector agrícola y de suelos, donde evaluaron 12 cultivos en diferentes etapas de germinación y analizaron en cuáles había un efecto significativo a través de los nanomateriales. Algunas de las nanopartículas que se utilizaron fueron las de óxido de titanio, con las cuales observaron que se mejoró el desarrollo de algunas plantas, creciendo de mayor tamaño o en un tiempo menor, pero en otras sí hubo efectos y alteraciones. Por ejemplo, no terminaban de desarrollarse como debieran, y en otras tantas no hubo algún cambio significativo. En el caso de los organismos que viven en el suelo, como las lombrices, se encontró que al contacto con nanomateriales, desarrollaban algún grado de toxicidad que contamina el suelo, lo que a su vez infecta un ecosistema y se puede llegar a desarrollar un efecto dominó, donde no solo la tierra, sino todo el conjunto de elementos que conforman el medio ambiente se dañen sin remedio. Para revertirlo, se habla de procesos de remediación, sin embargo, el investigador sostiene que esas acciones sólo se trata de transferir nanopartículas de un lugar a otro, lo que no elimina la presencia de estos materiales. Artículo anterior En riesgo la diversidad biológica del país, según expertas Siguiente artículo Analizan posibilidades del agua tratada Print 4051 Tags: nanoparticulas