La tecnología se convirtió en una plataforma de igualdad: Julia Tagüeña

Al participar en el Coloquio Institucional del Cinvestav con el tema “Mujeres en la Ciencia”, Julia Tagüeña Parga, investigadora del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, sostuvo que las mujeres representan la mitad de la población a nivel global y no pueden estar excluidas de participar plenamente en la economía o el desarrollo del mundo.

Sostuvo que la ciencia y la tecnología, al ser la palanca del desarrollo social, precisa de la participación de la mujer, por ello se requieren cambios estructurales en la política científica. “No basta con buenas intenciones, las transformaciones se deben reflejar en las leyes del país; tienen que ser un tema de discusión para ser considerado en todos los reglamentos de posgrado y en la legislación de género”.

La también Coordinadora de Comunicación del Centro de Ciencias de la Complejidad, de la UNAM, consideró importante la lucha por establecer esos cambios estructurales, ya que la diversidad es esencial para la excelencia, no solo en el aspecto sexual, de género, étnico, social o geográfico, porque distintos estudios prueban cómo en un grupo muy homogéneo las ideas son menos originales, en cambio cuando existe mayor diversidad florecen nuevas ideas y más creativas.

Destacó que al hacer ciencia e innovación, es importante tener en cuenta las diferencias sexuales porque con ello se pueden generar muy buenas ideas. Por ejemplo, citó la creación del cinturón de seguridad de los vehículos, diseñado originalmente para la constitución de los varones, pero luego se debió ajustar al servicio de todos y todas, por lo que ese tipo de ideas han ido penetrando en cada una de las actividades científicas.

Al referirse a las disciplinas relacionadas con las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) expuso que se piensa que hay carreras más masculinas y otras femeninas; sin embargo, se ha comprobado de muchas maneras que todas las personas podrían emprender cualquier actividad académica, si cuentan con las oportunidades y la motivación.

Señaló que en todas partes del mundo las carreras STEM tienen menor participación de las mujeres, con una cifra debajo del 30 por ciento, y México no es la excepción, porque básicamente cuenta con la misma estadística; en cambio en las áreas de ciencias sociales, humanidades, biológicas y de la salud es mayor la participación femenina, esto en el caso de la licenciatura, “porque al aumentar el grado de especialidad las mujeres son más castigadas en este movimiento vertical”.

Julia Tagüeña sostuvo que los hombres también sufren ese tipo de sesgos, por ejemplo, enfermería es una carrera atractiva para mujeres y hombres, pero como se considera apta para el sector femenino pocos varones la estudian; en el tema de computación sucede lo contrario y es un tema importante ante la revolución digital.

Los sesgos falsos como el de que las mujeres no se pueden dedicar a la física son perjuicios con afectación en mujeres y hombres, porque si alguien toda su vida los escucha entonces no va a considerar ese tipo de carreras como una opción, por ello es importante la tendencia mundial de las carreras STEM, para fomentar el pensamiento crítico, la solución de problemas, la creatividad, la comunicación, la colaboración y la asociación de datos.

En el pasado había ciertos trabajos relacionados con la fortaleza física y en su momento fueron relevantes, pero actualmente ese tipo de cualidades ya dejan de estar divididas por sexo, porque evidentemente la creatividad es igual en hombres y mujeres. Ahora es más importante la capacidad de resolver problemas o tener un buen entrenamiento informático, por lo tanto, la tecnología moderna se ha convertido en una plataforma de igualdad.

Actualmente algunas niñas buscan prepararse para ser científicas y se debe buscar que sean líderes y puedan elegir sus opciones, no se debe limitar su educación, porque son ciudadanas de este siglo y deben tener una ciudadanía distinta, aseguró Julia Tagüeña Parga.