Conexión Cinvestav / lunes, 20 de octubre de 2025 / Categorías: Boletin de prensa, Zacatenco, Ingeniería Eléctrica ¿Por qué es importante consolidar una industria de semiconductores? Yasuhiro Matsumoto Kuwabara, investigador del Cinvestav En 1956, John Bardeen, William Shockley y Walter Brattain fueron merecedores al Premio Nobel de Física por sus estudios en semiconductores y creación del primer transistor. Su invención, obtenida nueve años antes dentro de los Laboratorios Bell, en Estados Unidos, revolucionó prácticamente todos los aspectos de la vida moderna y cambió la fisonomía de la economía global. Los semiconductores deben entenderse como materiales con una conductividad eléctrica intermedia; es decir, no son conductores (como los metales), pero tampoco aislantes (vidrios), y cambian su función (de casi aislante a casi conductor) gracias a la aplicación de una pequeña cantidad de energía térmica o eléctrica. De acuerdo con Yasuhiro Matsumoto Kuwabara, investigador de la Sección de Estado Sólido del Departamento de Ingeniería Eléctrica del Cinvestav, los materiales semiconductores (principalmente el silicio) son la base de la tecnología actual, gracias a su uso como diodos, transistores, circuitos integrados, sensores y paneles solares. El empleo de esos dispositivos se extiende a sectores tan diversos como la electrónica de consumo e industrial, telecomunicaciones, automotriz, computación personal, medicina, infraestructura cableada e inalámbrica y gobierno, entre otros. Esto se traduce actualmente en un impacto económico mundial que fluctúa los 600 mil millones de dólares anuales, y se estima que a finales de la década el mercado de los semiconductores supere los 980 mil millones de dólares (más de 20 billones de pesos). En buena medida ese aumento está previsto por el desarrollo de inteligencia artificial generativa y la consolidación de la manufactura avanzada (Industria 4.0). Más de 75 por ciento de la producción de semiconductores está concentrada en países asiáticos (China, Corea del Sur y Taiwán); en tanto México, de acuerdo con datos del 2023 de la Secretaría de Economía, tiene un intercambio comercial en diodos, transistores y diferentes dispositivos semiconductores (incluyendo compras y ventas internacionales) con valor de más de 5 mil millones de dólares. La anterior cifra coloca la participación nacional en menos del punto porcentual del mercado global, siendo las entidades de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Ciudad de México y Jalisco, las que contribuyen con mayores actividades en este tema en el país. “Si bien México no cuenta con fábricas de semiconductores avanzadas, tiene una amplia experiencia en ensamblaje, pruebas y encapsulamiento de semiconductores, lo que podría facilitar la integración a la cadena global de chips”, mencionó Yasuhiro Matsumoto Kuwabara. Además, apuntó que la experiencia en el diseño de semiconductores con la que cuentan instituciones como el Cinvestav, podría ser de gran utilidad para desarrollar una industria de chips de aplicaciones específicas o ASICs, orientadas al sector automotriz, telecomunicaciones o consumo masivo y, eventualmente, buscar la producción de semiconductores de potencia para el sector energético. En ese sentido, subrayó que el Centro puede convertirse en un actor clave en la industria de semiconductores, no solo por la infraestructura y experiencia en la vinculación con el sector privado (ha tenido relación con IBM, Motorola, Intel, y On Semiconductor, entre otras), sino por la generación de recursos humanos de alta especialidad que por más de cuatro décadas ha cultivado en el área de Ingeniería Eléctrica con especialidad en semiconductores y diseño electrónico. Yasuhiro Matsumoto Kuwabara consideró que para avanzar en la fabricación de semiconductores avanzados, es necesario destinar más inversión en tecnología e innovación, además de fortalecer la vinculación entre empresas y sector académico. Artículo anterior Ciencia, conciencia y acción Print 16