Conexión Cinvestav / jueves, 23 de enero de 2025 / Categorías: Boletin de prensa, Saltillo Residuos urbanos: ¿un problema ambiental o una oportunidad de transformación? En México, anualmente se producen más de 43 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU), de los cuales, solo una mínima fracción recibe un manejo adecuado. Esta situación no solo satura los rellenos sanitarios y desperdicia materiales con alto valor, sino también genera graves problemas de salud y ambientales, como la liberación de gases de efecto invernadero. En ese contexto, Rodolfo Daniel Silva Martínez, investigador postdoctoral de Cinvestav Saltillo, analizó las características de los desechos sólidos generados en esa localidad, con el objetivo de proponer un sistema eficiente para el tratamiento y valorización adecuada de estos desechos. Con la asesoría de Lourdes Díaz Jiménez y Salvador Carlos Hernández, y la participación de estudiantes de la Universidad Autónoma de Coahuila, clasificaron los desechos en diferentes categorías según su origen: domicilios, áreas públicas o privadas y comercios. Según Silva Martínez, además de la composición de los residuos sólidos urbanos, se evaluaron las propiedades fisicoquímicas y bromatológicas de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, como el tamaño de las partículas, nivel de humedad, contenido de sólidos totales y volátiles, entre otros. Estos datos son fundamentales para determinar el potencial de los residuos como materia prima. Los análisis revelaron que los residuos sólidos urbanos provenientes de los domicilios contienen desechos inorgánicos que representan una parte significativa como papel y cartón (16.51 por ciento), plásticos (17.02 por ciento), vidrio (3.12 por ciento), metales (1.63 por ciento) como los componentes principales. Además, se encontraron residuos de manejo especial (11.85 por ciento), orgánicos domésticos (22.15 por ciento) otros orgánicos (12.58 por ciento) y otros diversos (15.14 por ciento). En cuanto a la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU), los análisis detectaron la presencia de elementos como carbono (44.7 por ciento); oxígeno (32.5 por ciento); hidrógeno (6 por ciento); así como nitrógeno, fósforo, cadmio, hierro y cobre en menores concentraciones. Adicionalmente, se determinó su contenido de grasas y lípidos (12.27 por ciento); proteínas (16.74 por ciento), y carbohidratos (70.98 por ciento). En términos de composición, se encontró que contienen principalmente desechos de frutas y verduras (16.88 por ciento), cárnicos (8.66 por ciento) y alimentos (7.29 por ciento), entre otros. Esta composición sugiere que gran parte de los residuos podría ser revalorizada para la producción de bioproductos como la generación de biocombustibles, fertilizantes, enzimas, entre otros, lo que impulsaría la economía circular en la región, al maximizar el uso de los recursos y reducir el descarte de residuos. Además, las muestras recolectadas en el relleno sanitario de Saltillo fueron enviadas al Centro de Investigación y Asistencia de Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), en Guadalajara. En el que se llevaron a cabo estudios específicos para evaluar su aprovechamiento mediante el potencial de producción de bioenergía, basándose en la caracterización previa realizada en Cinvestav Saltillo. Estos análisis permitieron determinar el alto potencial de la FORSU, con la finalidad de proponer una ruta de biorrefinería que combina procesos biotecnológicos como la digestión anaerobia, fermentación oscura y compostaje. Los dos primeros se destinan a la producción de biohidrógeno y biometano; seguidos por el compostaje, proceso con el cual es posible generar fertilizantes. Por lo tanto, es fundamental fomentar una conciencia colectiva, implementar regulaciones efectivas tanto en el sector público como en el privado, junto con la adopción real de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar, para garantizar una adecuada gestión de los residuos. Además, la gestión integral de los residuos urbanos también representa una oportunidad para fomentar el desarrollo educativo y científico en la región. Los datos recopilados en estudios como el del Cinvestav, sientan las bases para reducir los daños ambientales y promover progreso hacia el desarrollo sostenible en México. Artículo anterior Una contribución científica a los alimentos Print 11