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Seguridad alimentaria y nuevas tecnologías
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Seguridad alimentaria y nuevas tecnologías

Para el año 2053 se estima existan 10 mil millones de personas en el mundo, de la cuales México contaría con alrededor de 139 millones, lo que se traduce en un reto para la seguridad y soberanía alimentaria que, de no emplear nuevas tecnologías agrícolas, podría ser más difícil solventar.

Así lo comentó Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, al participar en el Simposio y panel de análisis Logros y Potencial de la Biotecnología Agrícola en México, organizado por la Sociedad Mexicana de Biotecnología, con el objetivo de evaluar la investigación para el mejoramiento de cultivos y el aprovechamiento de la biodiversidad, a partir de la Ley de Bioseguridad vigente en el país.

Sin embargo, la también miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel III se mostró preocupada por la iniciativa para expedir una ley para el fomento y protección del maíz nativo que busca limitar el uso de nuevas tecnologías en el campo mexicano, presentada por las senadoras Jesusa Rodríguez Ramírez y Ana Lilia Rivera Rivera.

“(De aceptarse la propuesta) se corre el riesgo de que el país entre en una desventaja competitiva, porque se puede para la investigación biotecnológica en el país, pero no a nivel mundial, y el día de mañana no vamos a generar ni recursos humanos en esta área que nos permita competir a nivel internacional”, refirió la investigadora del Cinvestav.

Ante las dudas que pueden surgir acerca de los beneficios ofrecidos por la biotecnología agrícola para México, en particular el uso de nuevas tecnologías (como la edición genética de precisión, llamada CRISPR/CAS9), debe regirse por principios de gobernanza capaces de brindar mayor certeza para la salvaguarda de la seguridad alimentaria y diversidad genética.

De acuerdo con la también ganadora del Premio en Investigación 2003 de la Academia Mexicana de Ciencias, el uso de la biotecnología moderna y de precisión debe tener como principio la promoción del bienestar social, emplearse de manera transparente y con el cuidado debido, además de realizarse de manera responsable con respeto a los contextos culturales, buscando la equidad sin perder de vista la importancia de la cooperación internacional.

La intención del uso de esos principios de gobernanza podría ayudar a mejorar la percepción que tiene cierto sector de la sociedad en torno al uso de la biotecnología, sobre todo, ante el reto que tiene el mundo de alimentar a mayor número de personas sin que esos signifique una explotación más agresiva de la tierra o incrementar las hectáreas de suelo cultivable.

El grupo de investigación encabezado por Xoconostle Cázares se ha enfocado en los últimos años en desarrollar diversos productos de interés comercial, sino que estén vinculadas a las prioridades establecidas por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, como buscar el uso eficiente del agua, controlar o mitigar las plagas y enfermedades en los productos agrícolas, generar mayor valor agregado e implementar sistemas de producción sin riesgo de contaminación.

Entre sus desarrollos biotecnológicos, figuran nuevas variedades de soya con mayor contenido de proteínas y rápido crecimiento, así como una variedad con menor cantidad de fitatos, compuestos que dificultan la digestión.

Estos productos podrían ser de alto interés para los productores nacionales y de otras latitudes, ya que este grano tiene una producción mundial superior a los 320 millones de toneladas y es considerado uno de los principales productos agrícolas a nivel mundial.

También han obtenido variedades de algodón, limón y naranja resistente a plagas, los cuales han podido probarse en pequeñas áreas de cultivo. Más recientemente, han incursionado en la generación de variedades de café que buscan solventar la problemática de los productores nacionales por cuestión de plagas y sequía.

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