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Analizan situación de profesores de tiempo parcial en educación superior privada

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El documento Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional 2018-2019 de la Secretaría de Educación Pública, indica que en el país existen dos mil 283 escuelas de educación superior pública y en su sistema escolarizado atienden a dos millones 773 mil 338 estudiantes, con 243 mil 341 docentes; las privadas suman tres mil 252 escuelas, para atender un millón 170 mil personas con 171 mil 67 profesores.

Frente a este panorama, Ana Karen Soto Bernabé, egresada del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, realizó la investigación “Carreras transicionales de profesores de tiempo parcial (PTP) en la educación superior privada”, con el objetivo de analizar la situación académica, administrativa, laboral y el papel de los docentes en esta oferta educativa, en la Zona Metropolitana de Querétaro

La investigación, que obtuvo el Premio ANUIES 2020 a la mejor tesis de doctorado sobre educación superior, observó que las condiciones de trabajo de estos profesores promueven la incertidumbre laboral, porque sus contratos son temporales y sin acceso a seguridad social o pagos adicionales (días feriados, vacaciones o aguinaldo).

Además, en algunas ocasiones, se firman los contratos muy entrado el periodo lectivo, lo que representa una situación de riesgo para el trabajador, al no contar con un documento legal que ampare la relación con el empleador, y la remuneración que perciben oscila entre los 110 y 350 pesos por hora/clase, lo que invisibiliza algunos aspectos del trabajo docente como la planeación, revisión de trabajos o evaluación de estudiantes, que no son remunerados.

“Este pago no corresponde con las cuotas que las instituciones privadas de educación superior (IPES) cobran a sus estudiantes, y muestra cuán lucrativa resulta la docencia para estos establecimientos; adicionalmente los criterios para la permanencia del profesorado son opacos, situación que exacerba la desigualdad”, sostuvo Soto Bernabé.

El estudio de los PTP resulta importante por las transformaciones que se han dado en el mercado de trabajo, como una mayor flexibilización y disminución de protecciones sociales para los trabajadores. La educación superior privada es un mercado de trabajo que no escapa a algunas de estas dinámicas y que sirve como botón de muestra para conocer el impacto de dichas dinámicas en los trabajadores docentes.

Pensar las carreras transicionales de los PTP en el sector privado, específicamente, coadyuva en reconocer algunos de los riesgos sociales a los que están expuestos los actores, las formas en que los afrontan y cómo construyen sus proyectos profesionales en los que la docencia en la educación superior privada se acompaña de otras actividades laborales y de vida.

Una de las principales conclusiones de la investigación fue reconocer la existencia de otras formas de ser docente en el espacio universitario, en donde el modelo sigue siendo el “académico” de tiempo completo; además, demostró la desigualdad que se reproduce en el seno de la educación superior como mercado de trabajo: se valora más la investigación y la productividad académica que otras actividades como la docencia o la tutoría.

Los resultados del estudio podrían indicar una tendencia a nivel nacional porque coinciden con otros trabajos realizados sobre el tema, como el de la ANUIES de 2015, el cual aportó un análisis documental de las condiciones de esos actores en el sector; los matices estarían en las posibles diferencias entre campus, en términos de sus políticas o prácticas de contratación, según su oferta educativa y el contexto socioeconómico en el que se ubican.

Por ello, quienes “se dedican a dar clases” sólo son “profesores”, como si la actividad que realizan tuviera menos valía, a pesar de que, por ejemplo, los profesores de tiempo parcial de este estudio tienen altas cualificaciones y experiencias laborales diversas que enriquecen su trabajo docente, aseguró Ana Karen Soto.

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Los resultados del estudio, también, son una invitación a las IPES a repensar las formas de contratación y las condiciones de trabajo que ofrecen: el salario y tipo de contrato, la organización de las materias, los insumos didácticos o tecnológicos, no para llevar los PTP a tiempos completo, sino con el afán de valorar en su justa medida el trabajo docente que realizan al formar profesionistas.

El crecimiento del sector privado tiene que ver con el aumento de la demanda por la educación superior, no sólo de población juvenil sino también de adultos que requieren acreditar sus saberes profesionales como parte de las exigencias en sus empleos y depende de la posibilidad de pago del servicio, por ello ha diversificado su oferta y ampliado su cobertura, esto aunado a las laxas regulaciones para la apertura de establecimientos privados.

Para Ana Karen Soto Bernabé la experiencia de obtener este Premio de la ANUIES es un orgullo porque deja en alto el nombre del Cinvestav, donde se formó como investigadora, y también por las oportunidades de diálogo y de conocimiento que le brindaron sus profesores, cuyos saberes la acompañaron en cada línea de la tesis, dirigida por Germán Álvarez Mendiola.

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