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Impacto moderado durante la pandemia en las áreas de matemáticas y física del Cinvestav

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La tercera semana de marzo de 2020 fue atípica en los departamentos de Matemáticas y Física del Cinvestav, un ambiente de premura se podía observar detrás de los amplios ventanales característicos de sus edificios que, en décadas pasadas viera recorrer a personajes como José Ádem, Samuel Gitler o Jerzy Plebansky, en esas fechas veía el transitar apresurado sus estudiantes.

Apenas cuatro semanas atrás el gobierno federal había anunciado el primer caso de covid-19 en el país, y ya se especulaba de las acciones que podrían tomar para salvaguardar la salud de los estudiantes y personal del Cinvestav. Conforme corrían los días y aumentaban los casos de contagio, era inminente el cierre de instalaciones de los centros educativos, por lo que, estudiantes e investigadores del Centro tenían reuniones para establecer las dinámicas de colaboración y continuar, en medida de lo posible, con las investigaciones.

Es septiembre de 2020, y tras más de cinco meses de confinamiento, aún no existen las condiciones para que todos los alumnos del Cinvestav regresen a las instalaciones, pero la actividad científica no puede parar. En el caso del Departamento de Matemáticas, las complicaciones que ha traído consigo la pandemia han afectado de manera moderada la generación de investigaciones, principalmente en el caso de los estudiantes y profesores debido a deficiencias ocasionales en los servicios de internet personales.

Ruy Fabila Monroy, coordinador académico de este Departamento, reconoce que quizá la mayor afectación ha sido la imposibilidad de discutir con los alumnos ideas frente a un pizarrón y explica que la razón por la que no se han visto afectadas mayormente sus actividades es porque los matemáticos, en su mayoría, no precisan de laboratorios u otra infraestructura física.

Esa situación se ha ido subsanando a lo largo de la cuarentena con el uso de tecnologías, como las tabletas digitales y programas o aplicaciones; por ejemplo, las reuniones entre estudiantes con sus directores de tesis se hacen por videoconferencia. “Las clases en línea funcionan mejor de lo que esperábamos y mucho del trabajo de investigación en matemáticas ya se hacía de manera remota”, apunta Fabila Monroy.

Sin embargo, la labor de investigación sí se ha afectado, ya que el trabajo necesario para preparar las clases es casi el doble, sin contar el hecho de las obligaciones familiares (como hijos pequeños que no asisten a la escuela) han absorbido mucho tiempo de los investigadores, que antaño dedicaban a la investigación. Otro punto que la pandemia ha modificado es el tema de las revisiones de revistas de investigación, que parecen estar tardando más, pero en ambos casos tanto estudiantes como investigadores se han adaptado a las circunstancias.

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El Departamento Física de este Centro, que es un referente internacional en investigación científica por su colaboración en experimentos internacionales como el Gran Colisionador de Hadrones, el Observatorio Pierre Auge o el proyecto Dark Energy Spectroscopic Intrument, entre otros, ha tenido un impacto moderado durante la pandemia.

De acuerdo con Alberto Sánchez Hernández, jefe del Departamento, en 2019 sus científicos publicaron cerca de 270 trabajos y en promedio al año producen 5.1 artículos por investigador, de ellos, cerca de cien fueron generados por la parte experimental.

Sin embargo, durante la pandemia el ritmo de publicaciones experimenta un impacto moderado y al hacer un balance preliminar, estima un descenso en la generación de productos científicos del 20 por ciento; en la investigación teórica la afectación ha sido mínima, pero en la experimental, donde se requieren instrumentos ubicados dentro de sus instalaciones, sí existe un problema ligero por las restricciones de ingreso.

“Durante la pandemia donde las autoridades federales impusieron a nivel general medidas sanitarias para su contención, prácticamente no se ha realizado trabajo experimental, porque solo puede ingresar personal de mantenimiento con el objetivo de supervisar los equipos y preservas sus buenas condiciones, son dieciocho laboratorios que requieren esta revisión esencial”, explicó Alberto Sánchez.

A pesar de las restricciones los investigadores teóricos y sus estudiantes trabajan desde casa, en el caso de los experimentales cuando su trabajo lo permite hacen lo mismo. Para los estudiantes de último semestre que deben cumplir con tiempos establecidos, la Secretaria Académica del Centro revisa la normatividad para que puedan cumplir con los plazos en la presentación de sus tesis.

Investigadores y estudiantes han seguido con su trabajo, algunos adelantan la redacción de sus tesis o planean mejor sus experimentos buscando terminar con mayor rapidez. “Suponiendo que vuelva la normalidad en octubre y obteniendo resultados con mayor velocidad, eso podría ayudar a que nuestra producción no bajara tanto, pero en general podríamos llegar es una reducción del 20 porciento”, sostuvo Alberto Sánchez Hernández.

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