Conexión Cinvestav / miércoles, 2 de febrero de 2022 / Categorías: Boletin de prensa Con un compuesto del cuachalalate inhiben la proliferación de células cancerosas La Organización Mundial de la Salud estima que en 2020 a nivel internacional se registraron 20 millones de nuevos casos de cáncer, y 10 millones de pacientes perdieron la vida. Además, señalan que la carga de esta enfermedad aumentará un 60 por ciento durante las próximas dos décadas. En atención de ese fenómeno, una investigación del Departamento de Toxicología del Cinvestav, demostró que un compuesto del cuachalalate (planta usada en la medicina tradicional mexicana como un agente gastroprotector y auxiliar en enfermedades vasculares) promueve la muerte de células tumorales, al tiempo que estimula al sistema inmune para hacer frente a distintos tipos de cáncer. Libia Vega Loyo, quien lidera la investigación, sostuvo que los beneficios del cuachalalate se deben a su contenido de ácido anacárdico 6-pentadecil salicílico, el cual promueve la muerte programada (apoptosis) de las células tumorales sin afectar las normales. Actualmente, el método utilizado para terminar con células enfermas es por medio de inflamación o necrosis lo que produce daños importantes en los tejidos, así como los efectos secundarios en un tratamiento de cáncer. En cambio, el ácido 6-pentadecil salicílico, no mata las células normales, solamente las induce a un arresto de la proliferación; es decir, se expanden más despacio pero no mueren. La investigadora explicó que este compuesto es capaz de estimular el sistema inmune y se observó cómo el ácido 6-pentadecil salicílico tiene una función muy específica de fosforilación sobre ciertas proteínas o cinasas, cuyo papel es dar la señal a los macrófagos (componente importante del sistema inmune) para ser más reactivos y puedan responder con rapidez a retos que se les presentan; es decir, inducen la muerte de la célula tumoral y activan al sistema inmunológico para atacar más eficientemente. Vega Loyo mencionó que este estudio se realizó en modelos con cáncer de mama, e in vitro, en líneas celulares de leucemia y de células provenientes de tracto gastrointestinal, específicamente de estómago; además, explicó que la línea de investigación también ha realizado varios estudios preliminares donde se combina el ácido 6-pentadecil salicílico con otros antineoplásicos, donde se observó una reducción de toxicidad de la quimioterapia y se tiene la misma eficiencia farmacológica de reducción del tumor. La investigación, publicada en Toxicology and Applied Pharmacology y Molecules, expone que antineoplásicos como el taxol, fármaco utilizado en tratamientos de cáncer de mama, tiene la desventaja de ser muy tóxico para el sistema inmune, al matar las células de la medula ósea y disminuir la cantidad de células blancas en la sangre, “que deja al paciente inmunosuprimido, muy susceptible a infecciones, siendo la consecuencia más grave de todas las quimioterapias”. En contraste, el cuachalalate no violenta a las células inmunológicas, por lo que no se dan cambios significativos como puede ser una respuesta inflamatoria o alérgica, haciéndolo un compuesto muy seguro, señaló la investigadora. Por el momento, la investigación se encuentra realizando pruebas preclínicas del uso en conjunto de los ácidos anacárdicos del cuachalalate con otros antineoplásicos clásicos empleados en la clínica como el carboplatino, el cisplatino, el taxol y el 5-fluorouracilo; además, han encontrado una sinergia importante con el carboplatino para reducir más eficientemente tumores de mama. “Con la combinación encontramos un efecto protector del ácido anacárdico sobre los efectos tóxicos de los antineoplásicos clásicos en la producción de inmunosupresión y mielosupresión (toxicidad en las células sanguíneas y de la médula ósea, respectivamente), que indica una reducción en los efectos secundarios tóxicos como leucopenia y mielosupresión que causan los antineoplásicos clásicos en los pacientes con quimioterapias”, aseguró Libia Vega Loyo. Puedes revisar el artículo original en este enlace: https://doi.org/10.1016/j.taap.2020.115359 Artículo anterior Pruebas covid Siguiente artículo Los coronavirus mutan menos que otros virus similares Print 9522