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El derecho a los saberes científicos
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El derecho a los saberes científicos

Las últimas cifras manejadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía sobre el tema del analfabetismo refieren que México pasó de 9.5 por ciento de la población con ese problema en el año 2000 a sólo 5.5 en 2015; es decir, poco menos de cinco millones de personas mayores de 15 años no pueden redactar ni leer un recado.

Si bien el avance es significativo, una de las tareas a las que se deben enfocar diferentes esfuerzos en el país es a incrementar la llamada alfabetización científica.

De acuerdo con María Teresa Guerra Ramos, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Monterrey, el acceso a los saberes científicos debe tratarse como un derecho al que tienen las nuevas generaciones, al ser parte de una herencia cultural generada durante siglos. Por ello, cómo sociedad debemos promover el acercamiento de todas las personas con la cultura científica.

En ese sentido, la experta en Educación en Ciencias señala que en términos de una alfabetización científica se debe entender el acercamiento a los saberes científicos por tres razones principales: una dimensión práctica, otra cívica y una más cultural.

La primera corresponde al uso de los saberes en la vida cotidiana, donde se requieren de ciertas nociones y conceptos de ideas poderosas que ayuden a la población a comprender mejor el entorno y aplicar el razonamiento crítico en la vida diaria. Por su parte, la dimensión cívica se refiere a poder participar en la resolución de problemas colectivos, opinar y tomar ciertas decisiones informadas a partir de evidencias, como sucede con el tema de las vacunas, donde es necesario saber cómo funcionan antes de decidir usarlas o no.

En cuanto a la dimensión cultural tiene que ver con una comprensión de la naturaleza y la ciencia misma para que se dé un enriquecimiento intelectual y un goce estético a través de los saberes científicos.

Es por ello que la investigadora del Cinvestav Unidad Monterrey considera conveniente involucrar a la población general con la ciencia desde las escuelas y fuera de ellas. Sin embargo, reconoce que existen muchos aspectos que mejorar a nivel curricular a fin de facilitar la comprensión e incentivar el interés en los temas científicos por parte de los estudiantes jóvenes.

“La investigación nos ha ayudado a comprender que la enseñanza de la ciencia es compleja e implica poner en juego muchos conocimientos, saberes prácticos, algunos intuitivos y otros de formación, por lo que sería conveniente que la enseñanza esté adecuada al contexto de los estudiantes. Una de las cosas que se ha propuesto con la investigación sistemática es la enseñanza situada, un concepto que toma en cuenta el contexto de enseñanza para poder enseñar de una manera más apropiada los temas científicos”, destaca Guerra Ramos.

De hecho, para la investigadora del Cinvestav dotar de mayor relevancia las materias de ciencias es un área de oportunidad que se debe explorar en el país a fin de que la información que se lleve el estudiante sea de acuerdo a sus intereses. Otra área de oportunidad es la elaboración de material educativo diverso y flexible que sea más motivador tanto para la enseñanza como el aprendizaje.

Asimismo, menciona que la promoción de estrategias didácticas incluyentes y diversificadas que atiendan las condiciones de grupos particulares, como origen étnico con diferencia lingüística, es decir, ser sensible a los estudiantes y su entorno puede ser de gran ayuda para facilitar el aprendizaje científico. Finalmente, refiere que las evaluaciones deben orientarse a la aplicación de los conocimientos, destrezas y actitudes así como al desenvolvimiento de habilidades metacognitivas, que comprenden el hacernos consientes de qué aprendemos, cómo lo aprendemos y cómo aprender más.

La experta del Cinvestav subraya que alfabetización científica no se traduce forzosamente en un mayor número de jóvenes con intenciones de formarse en carreras científicas, sino con la intención de que empleen el conocimiento como parte de su educación general, independientemente de los estudios que decidan realizar o las actividades a las que se dediquen.

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