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Estudian respuesta de organismos marinos ante la exposición a petróleo

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El Golfo de México es una de las regiones de mayor producción de petróleo en el mundo, por lo que es necesario determinar el impacto de un derrame de hidrocarburos sobre la biodiversidad marina, la cual brinda servicios ambientales relacionados con el turismo, la pesca y la captura de carbono, entre otros, y generar estrategias de respuesta y mitigación.

Rossanna del Pilar Rodríguez Canul, Jorge Herrera Silveira, investigadores del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav Unidad Mérida, y Daniel Pech, de El Colegio de la Frontera Sur Unidad Campeche, participaron en un estudio para evaluar, en condiciones experimentales, la vulnerabilidad de dos especies de peces y de comunidades de fitoplancton que fueron expuestas a diferentes concentraciones de hidrocarburos.

En el caso de los peces, el grupo de investigación trabajó con el lenguado (Achirus lineatus) que habita el fondo marino y la corvina roja (Sciaenops ocellatus) presente en la columna de agua. En los experimentos se identificó que conforme aumenta la concentración de hidrocarburos y el tiempo de exposición, también incrementa la vulnerabilidad de ambas especies.

Además, registraron alteraciones en la expresión de genes relacionados con la respuesta a contaminantes, cambios en el núcleo de las células (microcitos y micronúcleos), daños en branquias, gónadas e hígado; impactos que se vuelven más graves e incluso irreversibles a mayor tiempo de contacto con el petróleo.

Rodríguez Canul explicó que los lenguados (A. lineatus) son más resistentes al petróleo; en cambio las corvinas (S. ocellatus) tuvieron alrededor de 10 por ciento de mortalidad a ocho horas de la exposición inicial.

Las comunidades de fitoplancton, microorganismos que conforman el primer nivel de la cadena alimenticia en los océanos, fueron evaluadas en ensayos conocidos como mesocosmos, un sistema en el cual se recrean las condiciones naturales del organismo estudiado. Y se demostró que a mayor concentración de petróleo cambian los grupos predominantes o hay alteraciones en su tamaño (son más pequeños).

La sustitución de unos grupos por otros podría favorecer a especies potencialmente tóxicas. Las posibles implicaciones de la reducción del tamaño de estos organismos son a nivel de la cadena alimenticia y en la cantidad de dióxido de carbono atmosférico que el fitoplancton captura, un aspecto que ya se está investigando al ser relevante en el contexto del cambio climático, explicó por su parte Herrera Silveira.

Si bien, agregó, los datos mostraron que el fitoplancton es vulnerable ante un derrame de petróleo, después de cierto tiempo algunos grupos se recuperan, pero esto depende de las condiciones ambientales dadas por la estacionalidad (temporada seca, de lluvias y de nortes) y la cantidad de nutrientes disponibles.

En el estudio con los peces se incluyó a 108 lenguados traídos de la costa de Yucatán y 120 corvinas de Campeche, que fueron distribuidos en peceras en donde se aclimataron por dos meses antes del contacto con el petróleo.

La exposición para los lenguados fue cuatro y 28 días, al tiempo que de las corvinas fue cuatro y 12 días, además se tuvieron grupos control con el objetivo de comparar los resultados. Las escalas de vulnerabilidad se construyeron a partir de varios indicadores: expresión de genes de detoxificación, daño a nivel del ADN y en distintos tejidos, alteraciones en el núcleo celular y concentración de metabolitos en la bilis derivados del procesamiento de hidrocarburos.

Las pruebas en los mesocosmos consistieron en traer agua del puerto de Progreso, en Yucatán, junto con el fitoplancton y evaluar la respuesta de estos microorganismos de ocurrir un derrame de petróleo de diferente magnitud y en tres escenarios climáticos característicos del sureste del Golfo de México: lluvias, secas y nortes.

Los cambios en la morfología del fitoplancton fueron detectados a través del microscopio de luz y el electrónico. Los datos obtenidos en los experimentos sirvieron para estimar la vulnerabilidad de estos organismos (su sensibilidad y su capacidad de adaptación o recuperación) tras la exposición al petróleo.

Cabe destacar que las pruebas experimentales se realizaron en la Estación Marina del Cinvestav Unidad Mérida, ubicada en Telchac Puerto, Yucatán y se eligió a los peces y al fitoplancton por ser potenciales indicadores de los cambios en el ambiente marino.

En cuanto a los resultados de este trabajo, financiado por el Fondo Sectorial Conacyt-SENER-Hidrocarburos y que es parte del proyecto del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), muestran que la aproximación metodológica empleada en la evaluación de la vulnerabilidad de organismos y comunidades marinas expuestas a petróleo durante varios días, puede ser utilizada para otras especies del Golfo de México, resaltó Daniel Pech.

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