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Analizan la movilidad de la población mexicana durante la pandemia

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De acuerdo al Programa de la ONU para el Desarrollo, la pandemia por covid-19 y la adopción de medidas para reducir los contagios repercutieron en aspectos sociales, económicos y ambientales; además, sostiene que mediante el análisis de datos generados en tiempo real y aprovechando las tecnologías de la información, se puede observar el efecto de esas medidas en la movilidad.

Desde este enfoque, Gabriela Olmedo Álvarez, Maribel Hernández Rosales, Oscar Fontanelli Espinosa y Amílcar Meneses Viveros, investigadores de la Unidad Irapuato, así como del Departamento de Computación del Cinvestav, emprendieron un estudio con el objetivo de analizar los cambios en las estructuras de movilidad en la población mexicana, comparando el periodo previo a la pandemia con los años 2020 y 2021.

También colaboraron en el proyecto Marisol Flores y Alfredo Hernández, adscritos a la UNAM, Guillermo De Anda del INMEGEN y Plinio Guzmán del portal Estornuda.me.

El proyecto fue apoyado por el Fondo Conjunto de Cooperación México-Uruguay, que coordina la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), con la participación de 15 investigadores de este Centro adscritos a sus unidades Monterrey, Irapuato, Zacatenco y de Genómica Avanzada.  

El interés del estudio fue observar cómo cambió el comportamiento de las personas en sus traslados en el contexto de la pandemia, analizando si las restricciones a la movilidad, la segregación social, el estrato socioeconómico u otro factor afectaron sus estructuras y la conformación de regiones geográficas funcionales; se buscó observar el proceder de la población ante los Semáforos Epidemiológicos, con el propósito de comprobar si las personas presentaron una actuación similar en todo el país, zona o región. 

Se analizaron los datos de movilidad en todo el país que le permitieron estudiar de manera diferenciada cómo fueron las estructuras de movilidad en los estados o municipios y su evolución en el tiempo, con el fin de establecer el panorama de cómo se movió la población, a dónde acudió y si sus hábitos de traslado cambiaron; de manera particular se observaron fechas clave como el 10 de mayo de 2021 y su impacto días después en las tasas de contagio, indicando una relación directa entre estas y el aumento en la movilidad.

Además, se buscó aplicar las metodologías desarrolladas en el proyecto para observar cuál fue el comportamiento de las personas en los hospitales, es decir, se analizaron los patrones de movilidad alrededor de los nosocomios; se identificó de dónde provenían las personas con el propósito de obtener conclusiones que se pudieran emplear en el futuro.   

El proyecto requirió recursos del Cinvestav como la Supercomputadora Xiuhcóatl o el empleo de recursos de cómputo en la “nube” para el manejo de información del orden de terabytes. El procesamiento de los datos requirió resolver aspectos avanzados como elegir el algoritmo a usar, tipo de dato, procedimientos a seguir e información de interés a extraer, esto para relacionarlos y combinarlos con otros grandes volúmenes de indicadores.

Se adquirió una base de información que concentra datos de localización de teléfonos móviles “anonimizados”, además se usó información geoespacial del INEGI (también anónima) para regiones geográficas particulares. Se desarrollaron procesos de homologación con base en el sistema de coordenadas contenidas en los datos, que son factores técnicos combinados con soluciones de innovación, porque definieron rutas de trabajo para hacer el procesamiento en horas o días.

Se empleó información anónima generada por los teléfonos celulares en el país, es decir, cuando se utilizan estos dispositivos emiten señales al moverse o hablar y cada dispositivo produce muchas, las cuales se convierten en datos, entonces son millones por analizar, sostuvo Meneses Viveros. Al adquirir la base de datos se estableció un acuerdo de confidencialidad para asegurar que no fue empleada para trayectorias de individuos, por lo tanto, el estudio se realizó de manera general a nivel municipal o estatal sin un enfoque personal, explicó Hernández Rosales.

Por su parte, Fontanelli Espinosa señaló que en la era digital el volumen de datos que generan las personas es enorme, y la geolocalización de los celulares es un buen ejemplo de ello, pero cómo utilizarlos para extraer conocimiento y crear valor útil para la comunidad científica, sociedad y tomadores de decisiones, es una tarea que lleva a cabo esta investigación, porque transforma esos volúmenes de información en conocimiento y valor.

Estos estudios podrían apoyar a las autoridades para tomar decisiones de políticas públicas en el diseño de estrategias contra la pandemia y se planea proporcionar estos resultados a la sociedad mediante gráficas sencillas.

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