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La mejor época para ser físico
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La mejor época para ser físico

Se escucha el pitazo final del encuentro de futbol. Mientras el equipo ganador de niños de nueve años se funde en un abrazo colectivo, el árbitro del partido compara esa unión entre los menores con la interacción de partículas elementales que sucede en el núcleo de un átomo, con la diferencia de que éstas no reclaman sus decisiones.

No se trata de un árbitro común, quien dirige cada sábado un par de encuentros de futbol soccer, es también el Jefe del Departamento de Física de la Universidad de California en San Diego (UCSD), Benjamín Grinstein Aks, y quien desde hace un par de décadas ha visto a centenares de niños practicar ese deporte en Estados Unidos.

A pesar de su agrado por el futbol, el investigador mexicano reconoce que su verdadera pasión es la física, aunque darse cuenta de ello no fue una cosa sencilla.

“Empecé mi carrera de Ingeniería Biomédica en la Universidad Iberoamericana, pero pronto me di cuenta que no me gustaba la anatomía, sino la parte de las matemáticas y la física. Coincidió que en esa época mi hermano mayor estaba realizando su maestría en fisiología en el Cinvestav y tuve oportunidad de acompañarlo en algunas ocasiones. Me llamaba la atención involucrarme en la ciencia y fue así como elegí hacer la maestría en Física”, relató Grinstein Aks.

El egresado de la Maestría en Física del Cinvestav posteriormente realizó su doctorado en la Universidad de Harvard, en EU, y el resto es la historia de una personalidad reconocida en el campo de la física de partículas elementales, quien participó como investigador en el Laboratorio Nacional Fermi, en EU; el Gran Colisionador de Hadrones, del CERN; el Instituto Tecnológico de California y la Universidad de Harvard, entre otras instituciones.

Entre sus reconocimientos cuenta con la medalla 2003 de la División de Partículas y Campos de la Sociedad Mexicana de Física, los premios de las fundaciones Clark y Tozier en 1991, ambos en Harvard, y otras distinciones de la Sociedad Americana de Física, además de ser miembro de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia y de la Sociedad Americana de Física.

Para entender las aportaciones de Benjamín Grinstein es necesario explicar la teoría de la cromodinámica cuántica, la cual describe que la estructura del núcleo, constituido de partículas elementales con carga eléctrica, se mantiene unida gracias a las interacciones fuertes, y a su vez hacen que los protones estén compuestos de quarks estables.

Son precisamente estas últimas partículas (los quarks) las que llamaron la atención en la investigación del científico mexicano, en particular las interacciones débiles que llevan a cabo, y que son las responsables de la transmutación de la materia, y en consecuencia de la radioactividad.

“Desde el punto de vista técnico, cuando uno quería hacer cálculos con cierta precisión para predecir qué tan efectivas son las interacciones débiles, lo que complica todo es la presencia de las interacciones fuertes. De modo que una de mis contribuciones fue establecer ciertas formas de calcular con bastante precisión las previsiones de transiciones radioactivas o mediadas por interacción débil, aun cuando las interacciones fuertes están presentes.

Suena muy técnico pero el interés de entender las interacciones débiles es la forma en que podemos examinar el modelo estándar (de la física de partículas) y ver que funcione bien; de lo contrario no hay forma de comparar las predicciones de la teoría con algún experimento”, explicó Grinstein Aks.

A pesar de que la técnica para realizar los cálculos de las interacciones débiles es de las aportaciones por las que más se reconoce en el mundo de la física, también ha podido trabajar y “divertirse” en otros campos, como la astrofísica o en investigaciones sobre la naturaleza de la partícula de Higgs.

Y es que para el egresado del Cinvestav, esta época es una de las mejores para dedicarse a investigar física, ya que prácticamente cada año se da un descubrimiento, se resuelven preguntas que teniamos por décadas y se plantean nuevas, cada vez más interesantes. “Es como funciona la ciencia en general, pero es cierto que estamos pasando por una temporada donde la tecnología nos ha dado herramientas que no podíamos soñar hace un par de décadas, y el resultado son los grandes descubrimientos de la física”.

De hecho, reconoce que hay campos como física atómica, óptica y de materia condensada donde se están descubriendo nuevos materiales y formas de controlar átomos y moléculas que seguramente derivarán en nuevas tecnologías que lleven a un nuevo tipo de física no entendida. “La expectativa es que, en un futuro, espero cercano, podamos descubrir nuevas interacciones, nuevas partículas o quizá hasta una nueva mecánica fundamental que no podíamos pensar antes. Esa es la dirección en la que vamos”, concluyó.

 

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