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Misión JWST: en busca de las primeras estrellas y galaxias

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El 25 de diciembre de 2021 se puso en órbita el Telescopio Espacial James Webb (JWST por sus siglas en inglés), la obra de ingeniería espacial más grande, potente y ambiciosa hasta el momento. Ese fue el tema en el que centró su participación en el Coloquio Cinvestav Omar López Cruz, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.

El experto en Astrofísica recordó que este proyecto internacional tuvo una inversión de 10 mil millones de dólares y un periodo de 20 años en construcción. Este telescopio, que sustituyó al Hubble, fue resultado de una colaboración entre la NASA y las Agencias Espaciales Europea y Canadiense, cuyos objetivos son: conocer más sobre el universo para ayudar a detallar con mayor exactitud su edad, medir su velocidad y ritmo de expansión, y entender tanto la dinámica como la composición de los exoplanetas.

“Es un proyecto complejo que requirió de planeación, intervención de la industria, participación de distintos gobiernos y de tecnología de punta, pues el JWST está equipado con un espejo de 6.5 metros, conformado por 18 paneles hechos de berilio con un recubrimiento de oro, que cuentan con micro obturadores, los cuales permitirán seleccionar los objetos deseados sin dejar pasar tanta luz”, puntualizó el astrónomo mexicano.

El telescopio James Webb, que ya se encuentra en órbita a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra, también cuenta con cuatro instrumentos de alta sensibilidad: el espectrógrafo capaz de ver a la vez cien objetos o más, la cámara de infrarrojo que verá los objetos más lejanos del cosmos visibles en este rango, cámara de medio infrarrojo que permitirá observar objetos más fríos y distantes (o más antiguos) y cámara de guiado que ayuda a la precisión, de modo que pueda obtener imágenes de alta calidad.

La tecnología con la que opera el JWST está basada en el espectro infrarrojo, cuya importancia permitirá enfocar un área determinada del universo durante días, a fin de detectar luz que ha viajado a través del espacio por millones de años después del Big Bang y así conocer cómo eran las primeras estrellas.

Inicialmente, el proyecto que comenzó en 1998, se llamó Telescopio Espacial de Nueva Generación, sin embargo, en 2002 fue nombrado James Webb en honor al director de la NASA.

Omar López comentó que el JWST está disponible para la comunidad científica mundial, ya que existe la posibilidad de proponer proyectos sobre casos científicos, a lo que instó a las instituciones y jóvenes mexicanos interesados en el tema a realizar propuestas.

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