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Premia la Academia Mexicana de Ciencias al físico Pablo Roig

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El camino en la investigación de Pablo Roig Garcés, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), comenzó con su gusto por las matemáticas, más tarde cuando estaba a punto de ingresar a la universidad se decidió por la física, especializándose en la de altas energías, área desde la cual busca entender cómo se generaron las condiciones que hicieron posible la vida en el Universo. 

La finalidad del trabajo del ganador de uno de los Premios de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias, es contribuir a extender el Modelo Estándar de la Física de Partículas Elementales, una teoría que describe exitosamente la materia al nivel más fundamental conocido hasta el momento: quarks y leptones.

Sin embargo, el Modelo no explica, entre otras cosas, por qué en el Universo predomina la materia (conformada por partículas) y no la antimateria (constituida por antipartículas). Esto es relevante porque si estuvieran en la misma proporción, al entrar en contacto se aniquilarían; durante este proceso se liberaría una gran cantidad de energía o radiación y bajo este escenario la vida no podría darse.

Roig Garcés, nacido en Valencia, España, y naturalizado mexicano, se enfoca en deducir la existencia y las propiedades de partículas pesadas que pudieron haber influido en el papel predominante de la materia en el Universo.

Estas partículas no han podido producirse todavía de manera directa en varios experimentos, como los realizados en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), pero se puede inferir su presencia porque tienen efectos indirectos en las partículas conocidas.

Dichas repercusiones son sutiles, aun así, es posible calcularlas y medirlas con cierto grado de precisión. Para ello, el investigador utiliza toda la información disponible acerca de las peculiaridades observadas de las partículas que sufren esta afectación.

Es decir, si se conocen las condiciones en las cuales una determinada partícula presenta cambios, por ejemplo, en sus propiedades magnéticas, se pueden inferir las características de las partículas pesadas causantes de dicho efecto.

Con estos datos y tras realizar cálculos matemáticos, computacionales y simulaciones numéricas, el investigador restringe su modelo, propone el tipo de medidas a realizar y colabora interpretándolas, esto con miras a encontrar partículas elementales no descritas en el Modelo Estándar.

Actualmente, Pablo Roig colabora con sus colegas miembros del proyecto Belle II, un detector ubicado en el acelerador de partículas SuperKEKB, en Japón, su trabajo consiste en llevar a cabo todos los cálculos necesarios para acercarse, lo más que se pueda, a un experimento capaz de arrojar evidencia sobre los momentos iniciales que hicieron posible la vida.

Otro aspecto relacionado con la labor científica del miembro de la RED de Física de Altas Energías, es la formación de recursos humanos, pues considera como una de las mayores satisfacciones ver a los estudiantes lograr sus metas académicas y, en algunos casos, superar a sus profesores.

Esto se puede conseguir, agregó, llevando a cabo diversas estrategias, y aunque los cursos de posgrado y las asesorías a los estudiantes son parte esencial, también lo es despertar vocaciones.

Y en ese sentido, los proyectos enfocados en los jóvenes son una oportunidad para guiarlos hacia la ciencia, tal es el caso de la Escuela Avanzada de Verano de Física del Cinvestav, con una historia de 50 años y dirigida a estudiantes en sus últimos semestres de licenciatura, mencionó Pablo Roig, quien también se ha dedicado a organizar eventos de divulgación.

Esta iniciativa en la que ha participado, señaló, es valiosa al no requerir tanto dinero y redituar mucho porque la mayoría de los participantes terminan haciendo aportaciones relevantes a la ciencia, ya sea en México o en otros países.

Acerca de la reciente distinción a la que se hizo acreedor, el Premio de Investigación 2019 en el área de Ciencias exactas, dijo, significa un gran honor, por la excelente trayectoria de los más de 200 científicos de todas las áreas del conocimiento que lo han recibido. Pero también implica una gran responsabilidad para continuar desarrollando un trabajo de alto nivel académico. “Y sin duda el Departamento de Física, al cual estoy adscrito, provee las condiciones idóneas para tal fin”.

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